ACTO DE MAGISTERIO

Acto de amor de la Madre de Dios
por sus hijos fieles

(Borrador: Traducción Automática)

  1. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. María, la Inmaculada Concepción, es la Santa Madre de los hijos de Dios. María, la Inmaculada del Espíritu Santo, es el gran Amor de los hijos de Dios. A María, la Inmaculada de la Fidelidad viva, los hijos de Dios encomiendan sus vidas, para recibir la Vida eterna (Revelación de Dios Padre a Maria Giuseppina Norcia, «La Inmaculada habita en nosotros», 28/06/1983).

  2. Por el poder que el Padre Eterno le ha dado sobre los Ángeles y Arcángeles (Lc 1,49), la Inmaculada extiende Su Gracia (Lc 1,28) y el Amor infinito del Padre sobre Sus hijos, para que Su Bendición (Sal 23,5) cubra sus corazones y los impregne de Su Amor infinito, como María fue impregnada de la infinita Bondad Paterna (Lc 1,30).

  3. La Inmaculada puso en el centro de Su Vida lo que Jesús mandó, encarnando en Su Corazón la enseñanza del Maestro (Jn 15,9), que dijo a Sus Amigos: «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado» (Jn 13,34; 15,12).

  4. Siguiendo el ejemplo de María, la Inmaculada del Espíritu Santo, la Doncella Eterna, la Esposa Eterna del Señor (Ap 12,1), los hijos están llamados ahora a hacer del Amor del Maestro un sublime Acto de Fidelidad: a Su Nombre, a Su Corazón, a Su Ser Vida (Jn 2,5)

  5. Esto es lo que los hijos de la Madre Iglesia deben ahora, en estos tiempos duros y difíciles, poner en práctica, ser como María, llegar a ser como Él (Ap 1,13; 14,14). Entrar en el sublime Acto de Fidelidad con el Señor en María con María y por María (Revelación de Jesús a María Giuseppina Norcia, «María me consagro a Ti», 10/03/1986), el Niño Eterno (Lc 1,27b), significa

    1. abrogar todo pecado

    2. alejarse de toda tentación

    3. pedir de corazón sincero que el corazón sea purificado, para ser y hacerlo agradable al Padre;

    4. alejar en el Día de la Inmaculada Concepción, con la Inmaculada Concepción y por intercesión de la Inmaculada Concepción, toda asechanza del enemigo de Dios;

    5. estar vivos y unidos en la fraternidad, esencia y sustancia de la Iglesia de Cristo;

    6. combatir a todo enemigo, comenzando por el primer enemigo de cada uno: el propio «yo», para despojarse definitivamente del «yo» y revestirse de la Palabra de Dios;

    7. ser justos y santos, como Jesús fue santo y justo, misericordioso y amoroso: Jesús, el Amigo; Jesús, el Hermano; Jesús, el Maestro; Jesús, Dios.

    8. Estar a la sombra del Señor y dejarse revestir y cubrir de Su Luz, renacer en el Corazón Inmaculado de María y en el Sacratísimo Corazón de Jesús.

  6. La Fiesta de la Inmaculada marca el nuevo día (Is 11,11) de cada hijo de la Madre Iglesia. Por eso, que el Día de la Inmaculada sea «el» día de gracia y de purificación total, de redención viva y amorosa para cada hijo de Dios, para que los nuevos cristianos de la Nueva Jerusalén (Ap 21,3) estén todos en el único Amor y todos por Amor, para ser uno con Su Amor de Padre, Hijo y Espíritu Santo (Jn 10,30; 17,21-22).

  7. El Amor es lo que ganará esta Iglesia: el Amor que circula, el Amor que se ama, el Amor que sostiene y une a los hijos entre sí, el Amor cada vez más vivo que se manifiesta en esta Tierra (Revelación de Jesús a Maria Giuseppina Norcia, «El Espíritu Santo», 13/09/1984). Esta es la Madre Tierra, la Nueva Jerusalén, por eso se llama «Tierra del Amor» (Espiritualidad, «Nueva Jerusalén Tierra del Amor», 23/07/2016); «Fuente del verdadero Amor» (Revelación de Dios Padre a María Josefina Norcia, «La Fuente de la Misericordia y de la Paz», 19/04/1998); «Lavado de las almas» (Espiritualidad, «Nueva Jerusalén: Lavado de las almas», 14/08/2017).

  8. ¿Cómo se lavan las almas? Con el Amor de Cristo, con Su sublime Amor (Tito 3:5).

  9. Está escrito: «Un retoño ha nacido de Jesé» (Is 11,1). Y el Suyo es un Corazón de Niño (Revelación de Dios Padre a Maria Giuseppina Norcia, «El Regreso de Jesús», 30/10/1994).

  10. Hijos de Dios, uníos a Su Corazón; palpitad en Él, con Él y por Él, para ser fuertes, santos y verdaderos; uníos a Sus Raíces, a las Raíces de la Virgur de Dios (Is 11,10), a Su Árbol (Sal 1,3): un Árbol frondoso y fuerte (Ap 22,2. 14); abrigaos del calor de este mundo, de la parquedad de este mundo, y seréis alimentados (Ap 2,7) y saciados eternamente por Su Corazón (Jn 6,53.63; 7,38; 19,34). Este es el Misterio de Su Vida y de nuestra vida en Él (Revelación de Jesús a Maria Giuseppina Norcia, «Catequesis de Jesús», 01/01/1988), para comprender la Vida eterna (Jn 3,16), imperecedera (Jn 12,50), eterna (Jn 17,2-3). En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

8 de diciembre de 2024
Solemne fiesta de la Inmaculada Concepción
Comienzo del año litúrgico 2025

El Pontífice
Samuele