ACTO DE MAGISTERIO

Padre, ha llegado la hora

(Borrador: Traducción Automática)

  1. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El Corazón del Padre es la Salvación para los hijos de Dios (Ap 7,10) que se postran ante Su Corazón y se confían a Él (Sal 137,2). En la Pequeña Cuna del Niño Jesús, Dios Padre se manifiesta como verdadero Dios y verdadero hombre (Jn 1,14). En la Pequeña Cuna late su Corazón: Corazón de un Niño.

  2. Quien quiera vivir, escuche su latido (Jn 1,4). Quien quiera seguir amando al Hijo de Dios, ame a María para entrar y penetrar en el Corazón del Padre que yace en la Pequeña Cuna (Revelación de Jesús a María Giuseppina Norcia, «El Tabernáculo de Jesús», 19/06/1994) para que quien quiera conformarse a Su Voluntad pueda acoger la única y eterna Verdad (Jn 16,13): una Verdad incómoda para el mundo, pero el único camino maestro para llegar a Su Corazón, comprender Su Voluntad (Sal 39,7-9) y amarlo por encima de todo.

  3. Dios Padre ha ordenado a todos: «No tendrás otro dios fuera de mí» (Ex 20,2-3). Ante el primer mandamiento, todos se arrodillan para pedir perdón y ayuda, con ardor de corazón y voluntad firme, para perseverar en el único Camino (Jn 14,6) que el Padre ha trazado en el Nombre del Hijo de Dios y que en el Corazón de María se convierte en fundamento para poder amar, vivir y comprender el verdadero fe, en Su Santísimo Nombre (Fil 2,10-11).

  4. El Hijo de Dios ha reiterado: «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón; ama a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 22,37-40). Estos preceptos son inseparables, unidos en Su eterna Amor, que nace del Corazón del Padre para hacer comprender a esta humanidad el Amor sublime, el más grande de todos, para que el Amor more en los corazones de los hijos de Dios que, con el mismo Amor que sienten en su corazón, puedan amar al prójimo (Mc 12,33), donde Dios se manifiesta.

  5. He aquí la reciprocidad del amor, puro y santo: «Dar para recibir»; «recibir para amar, amar y solo amar» (1 Jn 4,20). Esto es lo que se vive y se debe vivir en esta Iglesia, Casa de los hijos de Dios, última Gruta del Hijo de Dios (Revelación de Jesús a María Giuseppina Norcia, «El Espíritu Santo», 13/09/1984).

  6. Luego vendrá, como ha vuelto, para juzgar a los vivos y a los muertos (2 Tm 4,1): aquellos «vivos» que han hecho vivir y siguen haciendo vivir al Espíritu del Padre en su corazón; aquellos «muertos» que se han manchado del mayor crimen: alejarse del Espíritu del Padre, negándolo y, sobre todo, negando los efectos de Sus Acciones en el corazón de tantos pequeños (Revelación de Jesús a María Giuseppina Norcia, «El Altar Privilegiado Eterno para la Unión Hipostática», 30/06/1985). Este es el crimen que el Padre nunca podrá perdonar (Mt 12,31; Ap 21,8).

  7. Un patio de la Iglesia de Cristo ha traicionado su mandato, manchándose de este crimen y dejando entrar en él un espíritu inmundo (Mt 24,15) que ahora gobierna las mentes y los corazones.

  8. Otros pueblos alaban a otros dioses (Dt 7,4), mezclándose con otros espíritus y humos de su espíritu que llevan a la guerra y a acciones que esta mundo ya no puede gobernar ni detener. Y un único «gran incendio» hará que este mundo se hunda cada vez más, en un abismo sin fin (Sal 63,7).

  9. He aquí la negligencia de esta humanidad, que no ha sabido gobernarse ni mantener el justo equilibrio con todo lo que Dios había puesto a su disposición (Acto de Magisterio, «La autenticidad del cuidado cristiano», 11/04/2021).

  10. Y he aquí la Isla Blanca, la Nueva Jerusalén, donde el Padre encuentra reposo (Ap 21,3). He aquí el Amor puro que Dios hace descender y que vuelve a Él, impregnado del amor de Sus hijos. He aquí las flores perfumadas y hermosas que dan color al Pensamiento y a la Acción del Padre. He aquí la Ciudad Santa (Ap 21,2) que pronto será única y total, porque el Padre pondrá fin a todo mal, pondrá fin a toda enemistad (Is 11,6-9).

  11. El Señor dijo a su Niña, María Josefa Norcia: que advirtiera al mundo entero para que se preparara, porque una «nueva era» llegaba a este Valle (Ap 21,1); que ofreciera sacrificios y todo lo que pudiera; que advirtiera al mundo entero que el Hijo de Dios había regresado (Hechos 1,11), para dar a todos la verdadera libertad de corazón y de espíritu (Jn 8,32), para que unidos en una sola bandera los hijos pudieran redescubrir el verdadero Amor» (Revelación de Dios Padre a María Giuseppina Norcia, «La Inmaculada mora en nosotros», 28/06/1983).

  12. El tiempo está cerca y la hora ha llegado (Jn 17,1). Quien quiera, que se acerque ahora a la Misericordia del Padre porque este mundo está plenamente dispuesto a acoger Su Justicia (Sal 93,1).

  13. El Padre ha esperado gracias al Amor de la Madre y de sus hijos. Esa Amor se convierte ahora en una única y eterna Acción, para dar paz y santidad a quien se ha mantenido fiel al único Espíritu; y segar con la Hoz (Ap 14,14-19) a quienes, en cambio, han renegado, dado la espalda y traicionado al Espíritu, único Espíritu Santo (Jn 14,16). En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

1 de diciembre de 2024
Fiesta del Corazón del Padre

El Pontífice
Samuele