Revelación de Jesús a María G. Norcia
13 de Abril de 1995
“La Ascensión al Cielo”
Jesús dice:
– Yo estoy aquí con vosotros en el día que precede mi muerte de cruz. Yo estoy aquí para deciros de todo el amor que aquel día doné al mundo entero, para deciros de todo el amor que Yo añado al amor que el Padre dona todos los días a los hijos que aquí vienen con amor y en oración.
Quiero que todos sepan que el perdón para mi concedido al ladro crucificado a Mi lado, era el perdón para todos los pecadores que invocan mi nombre.
Luego como hombre hice la última experiencia, la muerte. ¡Pero, cómo! ¿Dios no podía vencer?
Y entonces fue mi resurrección. Yo, el Hijo de Dios resucitado, todavía permanecí al lado de mis apóstoles para darle la certeza absoluta del Dios que vence la muerte, del Dios que derrotará la muerte para todos sus hijos.
Luego fue mi ascensión al Cielo, y mientras me acercaba más y más al Padre mío, miraba la tierra que se alejaba y vi en un instante toda la historia futura. Vi a mis hijos perseguidos y matados; vi a mis hijos implorar la piedad del Padre; vi un rincón, en une tierra lejana de lugar donde había vivido; vi a una mozuela jugar en un prado; vi a Mi Niño y luego una Cuna: vi a dos hijas queridas a mi corazón y luego una multitud, un pueblo, llegar a rezar a los pies de una Cuna que no parecía al pesebre donde fui puesto apenas nacido.
Todo Yo vi mientras subía al Cielo: todo el diseño del Padre sobre este lugar santo, donde Yo todos los días dejo mucho amor, donde María mi Madre todos los días está aquí para recoger las oraciones de sus hijos; donde Yo, como ti hija mía, escucho todas las penas, los sufrimientos, las angustias de muchos hijos míos.
Yo deseo poner fin a muchos sufrimientos. Necesito la ayuda de todos; necesito las oraciones de todos para llevar aún más hijos al corazón del Padre. Yo, el Hijo de Dios, Aquel que ha vertido toda su sangre por amor de sus hijos, Yo, todavía imploro y suplico al Padre para enternecer los corazones más duros. Yo les pido a vosotros, gritad con fuerza: “¡El Señor Jesús os espera! ¡Id al encuentro de su corazón! María, la Madre de Dios y Madre de todos, todavía llora: ¡Secad! ¡Secad sus lágrimas! ¡Consolad a su corazón!”. PermitidMe apretar al corazón cuantos viven sin conocer mi amor.
Vosotros que saquéis amor en este lugar santo, distribuidlo, distribuidlo a su alrededor. Yo lleno de amor vuestras manos. Vosotros llenad de amor los corazones de vuestros hermanos, para que luego vengan a mi corazón.
En esta Pascua en la cual se celebra mi resurrección, haced resucitar en cada uno de vosotros el respeto y el amor por los mandamientos del Padre. Haced renacer en vuestros corazones el amor por todos vuestros hermanos. Haced que vislumbre una sonrisa sobre la cara de quien nunca ha conocido las maravillas del Señor. Conducid de la mano vuestros hermanos a los pies de mi Cuna. Decidle que aquí Yo les espero. Decidle que aquí yo retornaré. Yo aquí estableceré mi morada y acogeré los hijos que han sabido donar su corazón a mi amor.
En estos días de pasión y de amor Yo dejo a vosotros, hijos míos, esta certeza. Confiad en el amor de vuestro Señor. Esperad con serenidad el día en el cual el Padre concederá a todos vosotros ver y vivir juntos al Hijo en el cual se ha complacido.
Esperad este gran día de fiesta que verá la tierra toda nueva acoger en la gloria al Hijo de Dios; veréis esta Cuna hacerse piedra de ángulo de mi ciudad y todos, todos mis hijos aquel día, junto a los ángeles del Paraíso cantarán las alabanzas del Padre y las maravillas hechas por Su Hijo predilecto.
Levantad himnos de alabanza al Padre para que pronto se realice mi Reino sobre esta tierra bendecida por Dios.
Yo, Jesús, bendigo a todos mis hijos. Yo, Jesús, os dejo todo mi amor.
Ahora voy a mi Cuna, voy a descansar para enfrentar mañana mi pasión, pero vosotros levantéis vuestros himnos al Padre por mi resurrección.
Rezad para que pronto Yo pueda volver entre vosotros a partir con vosotros el pan y el vino como hacía con mis apóstoles.
Bendigas tú también, a todos los hijos que vienen aquí como ahora Yo bendigo a ti.
Jesús.
Giuseppina Norcia