Nueva Jerusalén:
La Morada metafísica del Corazón del Padre
(Borrador)
Dijo el Padre: Yo Soy (Ex 3,6.14; 6,2; Lv 11,44-45; 18,2; Núm 15,41; Dt 5,6).
La Nueva Jerusalén es la Morada del Padre entre los hombres (Is 11,10; Ez 37,27; Ap 21,3). En la Nueva Jerusalén (Ap 21,2) late el Corazón del Padre y de la Pequeña Cuna del Niño Jesús se oye el latido de la Vida (Jn 5,24; Is 60,19).
Cada hijo que en el Padre cree, en esta Morada vive en Su Corazón de Padre, de Hijo y de Espíritu Santo (Jn 12,44-45; 14,23). En esta Morada habitan todos aquellos que en el Padre creen, en el Padre quieren vivir para poder vencer eternamente (Jer 32,40; Ez 37,26; 1Jn 5,4; Ap 3,5).
La Pequeña Cuna del Niño Jesús es la Morada metafísica del Padre, en la cual el Padre acoge toda oración y toda solicitud (Sal 6,10). Y en el silencio de Su Corazón las custodia y las manifiesta.
En esta Morada se oye el latido del Corazón del Padre cuanto más uno se arrima con corazón sincero. Se advierte la cercanía del Padre, de aquella chispa de Amor (1Jn 4,16) que vuelve a generar en cada corazón que está en búsqueda del anhélito de Vida: aquella chispa santa que dona la Vida, crea la Vida para hacer ser cada hijo Templo del Espíritu Santo (1Cor 3,16; 6,19).
Éste es poder vivir en armonía con el latido del Corazón del Padre que es Vida (Jn 1,4; 3,15-16).