ACTO DE MAGISTERIO

Como el Nombre de Jesús Redentor salva,
así el Nombre de María Corredentora salva

I. PREMISA

  1. Dios Padre Todopoderoso ha donado a la humanidad su Obra (Qo 8,17), Obra sublime (Jn 6,29; Sal 76,15) de su infinito Amor, para que sea amada, vivida y santificada. María es su Nombre (Lc 1,27b; Sof 3,14; Zc 2,14). Los hijos de Dios están llamados en Tierra a vivir y alabar el Nombre de María, así como los Ángeles y los Santos lo alaban y lo aman en el Cielo (Sal 18,2).

II. EL NOMBRE DE MARÍA

  1. El Nombre de María, puro y santo, es bálsamo vivo (Ct 5,1) para cada corazón, ferviente, anhelante y creyente en su maternidad (Lc 1,31), gesto de amor donado a la humanidad, llegada nuevamente a ser árida y perdida. María ha vencido la humanidad: con humildad, con obediencia (Jn 2,3-5) y con la pureza, armas fundamentales para desarmar todo lo que es mundo, vencido con el Amor, por el Amor y en el Amor, Cristo Amor (Rom 8,35.39), que en la vida de María ha tomado carne (Jn 1,14), en la vida donada sin medida.

  2. El Nombre de María es gracia ante los ojos de Dios (2Sam 15,25). Toda oración suya es un fruto de amor ante los ojos del Padre (Sal 60,8); todo santo pensamiento suyo, una victoria por el Padre; su Amor, jardín del Amor del Padre (Gen 2,8; Ct 5,1): un jardín rico de flores, de corazones, de santos.

  3. El Nombre de María emana el calor de la santidad. Su cuidado maternal manifiesta el Amor, puro, vivo y eterno. Como el Nombre de Jesús Redentor salva (Mt 1,21), así el nombre de María Corredentora – por la gracia (Lc 1,28) y la potencia (Lc 1,49), omnipotencia (Gen 3,15) conferidle por el Padre – salva, igualando el Nombre del Salvador (Lc 2,11), que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

  4. El Nombre de María es “el” Nombre que dona respiro (Ct 7,9) y frescura, pureza (Sir 51,20) y santidad, armas esenciales para vencer el mundo (Jn 16,33), aquel mundo entregado al pecado y vivo en la enemistad cristiana.

  5. El Nombre de María transmite su mirada de vivo Amor (Ct 4,9), que brota de su Corazón puro y santo. Un Corazón, “el” Corazón donde el Padre ha puesto su Morada (Is 62; Ger 31,23; Ap 21,3), donde habitan todos aquellos que quieren encontrar al Hijo, Señor y Rey, Profeta y Sacerdote, Aquel que es (Ap 17,14.19,16).

III. CONCLUSIÓN

  1. Quien quiere salvarse descubra las delicias del Corazón de aquella que se ha hecho Sierva para llegar a ser Esposa, Madre y Reina. María es la Estrella del camino (Mt 2,2) de todos aquellos que quieren llegar al Corazón del Padre (Is 2,2): aquella que traza el Camino, que ilumina el Camino (Jn 14,6), que hace libres delante de la Verdad del Cielo (Jn 8,32); y que, en la esencia y en la sustancia, une el Cielo a la Tierra en aquella Vida que es eterna (Jn 6,47).

  2. María es “la” Perla (Mt 13,46) engastada en el Corazón del Padre, “el” Tesoro del Padre (Mt 13,44). En María Uno y Trino restablece el orden y la santidad, donando a cada hombre y a cada mujer de buena voluntad las líneas guía pare ser rectos y santos, generosos y buenos, vivos y fuertes, como viva ha estado, está y estará la fidelidad de María (Sal 56,11), la toda pura, la toda bella, aquella que coronada de estrellas (Ap 12,1) hace llegar todos a aquella meta eterna (Flp 3,14), para someter la esclavitud del pecado (Flp 3,21), romper las cadenas (Sal 115,16), destruir toda ligazón pecaminosa exhortando todos a la rectitud y a la santidad, para triunfar en la Luz, Cristo Luz, en aquel Sol que en la Nueva Jerusalén (Ap 21,2) ha surgido y que nunca más se posará (Is 60,1).

  3. Sublime es el Santísimo Nombre de María (2Cr 6,2; Is 12,4). Y su Santísimo Nombre hace resonar su vivo y pronto “sí” de Amor, en Tierra y en Cielo, aquel “sí” (Lc 1,38) que manifiesta la tríplice esencia, que es sustancia, de la voluntad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28,19), que en María es.

12 de septiembre de 2021
Fiesta Solemne del Santísimo Nombre de María

El Pontífice
Samuele