ACTO DE MAGISTERIO
El Génesis Cristiano
El Fundamento de la enseñanza
y del cumplimiento de la cristiandad
(Borrador)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Jesús es el Hijo del Dios viviente, bajado del Cielo, nacido, vuelto sobre la Tierra para manifestarse y donar a sus hijos lo que se Le pide (Ap 5,5-8); y donar al mundo su Misericordiosa Justicia (Mt 5,6).Jesús es el Cordero inmolado (Ap 5,12) que quita los pecados del mundo (1Jn 2,2): los pecados a aquellos que sinceramente y con corazón arrepentido piden perdón al Hijo de Dios, reconociéndoLo como tal (Jn 11,27).
Pero graves son los pecados de este mundo (Gn 18,20) que gritan justicia al Corazón del Padre. Ahora el cumplimiento del Padre Todopoderoso (Ap 12,11) llega a beneficio de aquellos que han anticipado el martirio del Hijo de Dios, sufriéndolo, ofreciéndolo para la salvación de la cristiandad (Ap 7,10).
La Tierra está llena de la sangre de los santos y de los mártires (Ap 18,24); y esta sangre ha sido recogida por el Padre y por el Hijo para que en este tiempo la Justicia divina pueda llevar a cumplimiento su sacrificio vivo y santo (Mt 23,35).
Todos aquellos que, en el Nombre de Jesús han ofrecido y sufrido, están salvados (Sab 19,6; Ap 6,10). Cuantos, en cambio, han provocado aquel martirio (Is 5,20; Jer 23,1) y siguen provocando aún más martirios cotidianos a los hijos de Dios (Is 30,1; Os 7,13); y cuantos permanecen inermes frente a la incuria (Is 57,11), sino sobre todo frente a la prepotencia de muchos, experimentarán la justicia divina (Jer 51,45; Ap 18,20).
Ha llegado el tiempo, y es esto, de la cosecha indulgente (Mt 13,30; Jn 4,35).
Dios Padre Todopoderoso ha creado la Tierra a fin de que el hombre pudiese vivir (Sab 1,14) y no morir por mano de sus símiles (Gn 4,8; Mt 10,21).
He aquí la Vida, soplo del Padre (Gn 2,7; 7,15), que hay que amar y respetar. Y he aquí la creación del Padre, que había y hay que respetar (Gn 1). Pero la Tierra ha sido y está pisoteada. La sacralidad de la Vida ha sido y está pisoteada. La Familia, célula fundante de esta sociedad, ha sido y está pisoteada (Dn 8,13).
Por esto el Padre purificará nuevamente esta Tierra (Dt 32,43), volviendo a comenzar por una pequeña porción de Tierra (Ap 21,1) donde el Todopoderoso ha puesto su Morada entre los hombres (Ap 21,3), señal de la nueva creación en todo lo que es expresión del Padre, Bueno y Santo (Mt 19,28).
La Nueva Jerusalén es la Casa de Dios (Ap 21,2). En la Nueva Jerusalén habitan los hijos de Dios. En la Nueva Jerusalén habita Aquel que es, Brote de la Tierra de Amor (Is 11,1; Jer 23,5; 33,15; Zac 6,12; Ap 5,5), que llevará nuevamente Paz y Santidad (Is 4,2; 9,5).
Para que todo esto ocurra, la Tierra tendrá que ser sacudida (Gen 6,7; 2P 2,5). Muchos serán aquellos que le echarán la culpa a Dios (Nm 14,27; Dn 6,6), sin mirarse por adentro e intentar comprender sus culpas (Sal 50,5), y sobre todo muchos comprenderán a quien han querido desafiar: Dios (Jer 3,13).
Dios es Amor (Rom 5,8; 1Jn 3,1; 4,7-10). Dios es pasión (Dt 4,24). Amor y Pasión, unidas a la constancia de la acción del Hijo de Dios, llevarán beneficio a la Morada de Dios, a la Tierra de Amor, única Ancla de salvación de esta humanidad (Lc 1,69), único Velero de la Paz (Hb 11,7).
La Paz estará (Zc 6,13). Pero no podrá ser un regalo. Tendrá que ser una conquista de los hijos de Dios y de cada hombre y mujer animados por la buena voluntad (1Cor 9,24). En la Tierra de Amor la Paz se verá, será más y más vista y más y más amada (Ez 37,26; 2P 3,13).
Y he aquí: suenan las Trompetas y se levanta el único Canto de Liberación (Ap 14): Cristo, Aquel que es Camino, que es Verdad y que es Vida (Jn 14,6).
21 de noviembre de 2022
Fiesta de la Presentación de María al Templo
El Pontífice
Samuele
