ACTO DE MAGISTERIO

El nuevo inicio de los hijos de Dios

(Borrador)

  1. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. En María (Lc 1,27b), la Inmaculada, la humanidad experimenta un nuevo inicio (cf. 1Re 19,7). Un nuevo inicio al cual tendrán que aferrarse todos aquellos que cuidan y tienen en el corazón el dogma de la cristiandad y todos los hombres y mujeres de buena voluntad que creen en aquel que es Camino, Verdad y Vida (Jn 1,4).

  2. He aquí el mensaje de Cristo (Rom 9,28), antiguo y nuevo al mismo tiempo, imperecedero y eterno (Lc 21,32), que por medio de María, Madre Iglesia, quiere nuevamente, en estos tiempos duros y difíciles, hacer llegar al mundo entero (Sal 147,4).

  3. Los hijos de la Madre Iglesia pertenecen a la única Verdad (Jn 8,32), al único mensaje que nunca ha cambiado desde el inicio hasta hoy; y que jamás cambiará (Mt 5,18). Los hijos de la Madre Iglesia respetan la única Verdad que salva, Cristo; respetan aquel Amor que en Hijo es Persona (Jn 1,14); respetan la Vida, Cristo; respetan el gran dono que el Padre ha dado a todos: el Soplo de la Vida (Gen 2,7).

  4. Por consiguiente, he aquí una nueva relación, estrecha, que más y más hay que tener entre el Creador y sus criaturas (Gen 7,15; Jb 33,4). El Creador ha distribuido sus talentos a sus criaturas (Mt 25, 15-28), a fin de que pudiesen profundizar y crecer, para poder comprender el Misterio de la Vida (Jn 17,3).

  5. Ahora más que nunca Ciencia (Sir 38,6) y Fe (Lc 17,6; Jn 14,1) deben poder caminar juntas, hasta cuando la Ciencia tendrá que progresar (Sir 38,3) – y nunca retroceder (Jb 21,22) intentando substituirse al Padre Creador – para luego llegar a un punto, poderse mirar adentro y decir: “Hasta aquí puedo; pero más allá no, porque está el Infinito. Y he aquí el Creador” (Rom 11,33).

  6. He aquí la aceleración que ahora se habrá. He aquí que ahora más que nunca las palabras del Evangelio se cumplirán en la plenitud (Mt 24; Lc 17,21). Estarán aquellos que creerán y estarán aquellos que se quedarán incrédulos (Jn 20,27) y seguirán haciendo las mismas cosas (Sof 3,1-2; Lc 17,18), sin que en sus corazones permanezca ningún rastro de las palabras proclamadas por Jesús (Lc 8,5-7).

  7. La apariencia toma y cada vez más tomará la delantera en los corazones que viven lejos de Dios o que viven un “dios” hecho a su medida, dando su imagen (Ex 32,7-8) a lo que puede ser la de Dios. Entonces, en la apariencia quienquiera puede y podrá decir ser “dios” (Mt 24,24) o de trabar en nombre de Dios o ser portavoz o testigo de Dios (Lc 20,47); pero de un “dios” anónimo e imaginario (1Jn 5,21).

  8. Por esto lo que está escrito en el Evangelio pasará (Lc 17,33), para sacudir la Tierra (Sal 76,19) y las conciencias (Is 2,10-12) y para darle justicia a los hijos de Dios, a los oprimidos por causa de la humana injusticia (Sal 71,4), a los últimos, a los pequeños, a todos aquellos que gritan e invocan al Nombre del verdadero Dios (Lc 1,51-55).

  9. Todo lo que está escrito y tiene que pasar, ya está en curso (Lc 17,26). La naturaleza se rebela no dando más sus frutos y haciendo la tierra árida (Is 42,25), así como áridos han llegado a ser los corazones. Ya no se conocerán las estaciones así como eran. Trastornos están en curso y ocurrirán. A pesar de esto, siempre estarán aquellos que, habiendo endurecido el corazón, seguirán haciendo lo que siempre han hecho (Lc 17,27; Hch 28,27), intentando vivir esta Tierra como si fuera una propiedad privada para defender, al detrimento de los hermanos.

  10. He aquí territorios que son y serán saqueados, destruidos; y estarán hermanos contra hermanos (Gen 4,8); armas que destruirán y quitarán la libertad, así como ya pasa.

  11. A pesar de esto, pocos son aquellos que actúan para que todo esto termine. Muchos, en cambio, por su propio interés personal (cf. Jer 22,17) intentan intervenir hablando, hablando, hablando. He aquí la acción del enemigo de Dios que anubla las mentes (cf. 2Cor 3,14) e inflama aquellos corazones que, en el profundo, siempre quieren buscar la supremacía sobre el prójimo (Mt 22,39). He aquí la acción demoniaca que toma la delantera en aquellos corazones (Jn 8,44), uniendo la humanidad con lo que puede considerarse espiritualidad. He aquí aquella “guerra santa” que otros quieren llevar adelante, intentando hacer abjurar el mundo del verdadero Dios (Ex 20,1-4; 1Jn 5,20).

  12. En este contexto, la Cruz (Gal 6,14) que ilumina el mundo, única Cruz (Col 1,19-20) de Resurrección y de Luz avanza (Sof 3,12-13) y más y más avanzará (Hb 11,7), surcando este mundo para hacer que la única Verdad (Jn 14,17) permanezca límpida y baluarte (Sal 17,3) para todos.

  13. He aquí el rescate de los hijos de Dios que, como una semilla brotada (Is 11,1; Jer 33,15; Zc 6,12; Ap 5,5) avanza para proclamar la Verdad (Is 45,23; Jn 16,13), en el único Amor que salva: Cristo, Camino, Verdad y Vida (Jn 14,6).

  14. Vi una Tierra nueva y un Cielo nuevo (Ap 21,1) y Aquel que estaba sentado en el Trono por la eternidad (Ap 4,2-3). Ya no el Cordero inmolado sino entonces el Cordero victorioso (Ap 5) que lleva el pueblo a vivir la Nueva Jerusalén. He aquí la Morada de Dios entre los hombres (Ap 21,2) donde reina la Paz y el Amor, donde la santidad esta2 en todos, donde el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son.

  15. Un día sin fin, donde la Luz (Is 60,1) brilla eternamente (Ap 21,23; 22,5), donde la Sapiencia de Dios recubre todo y llena a todos (Sir 15,19), porque todos son (1Jn 2,25).

  16. He aquí la eternidad (2P 3,18), donde un Amor puro y santo circula y es. Nada de antes estará. Todo se olvidará: afanes, culpas, errores, amores pasados, fútiles e irrisorios (Ap 21,4). Y todo se concentra en el único Amor. He aquí la verdadera fraternidad cumplida y viva. Se levantarán alabanzas a Dios y la oración será centro fundamental (Ap 4,8). Y todos los salvados serán y allí vivirán, con Cristo y con María (Ap 21,3).

8 de diciembre de 2022
Fiesta Solemne
de la Inmaculada Concepción
de María Santísima
Inicio del año litúrgico 2023

El Pontífice
Samuele