La defensa de la Verdadera Fe Cristiana y la herejía de la iglesia de Bergoglio

5 de junio 2016

La Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén, ya instituida por voluntad de Dios Padre Omnipotente y animada por el Espíritu Santo, ahora surge para manifestar la veracidad y la sempiternidad de las enseñanzas cristianas auténticas, que en Cristo Nuestro Señor y en María Santísima son y siempre serán, contra la recién toma de posición asumida, con arrogancia y fuera de tiempo, por la Institución guiada por Jorge Mario Bergoglio, que entonces era y que ahora ya no es.

Jesucristo Nuestro Señor había preanunciado los tiempos duros y difíciles que la cristiandad auténtica habría debido enfrentar en los últimos tiempos. Ahora los últimos tiempos son. Todo lo que había sido anunciado se está cumpliendo y se está actuando. Los principios fundantes la verdadera cristiandad están gravemente compromisos, debido a la acción de quien, ahora, sirviéndose de su poder religioso y de la indiferencia y complacencia del mundo, está subvirtiendo y destruyendo la verdadera y eterna Ley de Dios.

La Institución guiada por Jorge Mario Bergoglio querría ahora comunicar al mundo que quien vive la espiritualidad de esta Iglesia no está en comunión con Dios. Todavía eso no es posible. Jorge Mario Bergoglio y sus ministros pueden excomulgar aquellos que les siguen en su herejía, no otros que desde hace tiempo ya no están en comunión con el espíritu que anima Bergoglio y sus ministros. Dios Padre Omnipotente es esencia y sustancialmente en comunión con aquellos que respetan a Su Ley y a Su verdadera doctrina, que se funda en las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo; y no con quien aniquila la Ley de Dios, promulgando leyes humanas que están contra la verdadera cristiandad.

Jesucristo Nuestro Señor dijo que ningún hombre debía osar separar lo que Dios había unido. La unión conyugal es una, indivisible e indisoluble, entre un hombre y una mujer. Jorge Mario Bergoglio y la Institución por él guiada ha osado infringir la Ley de Dios, aprobando nuevas leyes humanas que permiten a sus ministros separar con facilidad extrema y total lo que el Espíritu de Dios ha unido para siempre; y acoger al mismo tiempo otras formas de unión, de hecho o no. En la milenaria historia de la Iglesia nadie nunca había osado hacer esto.

Jesucristo Nuestro Señor, los Apóstoles y todos los Santos y los Mártires de la fe cristiana auténtica han enseñado a vivir y a respetar la Vida, desde la concepción hasta la muerte natural. Jorge Mario Bergoglio y la Institución por él guiada ya no defiende firmemente, sin retraso y con coraje, la vida de los cristianos y el derecho a la vida de cada hombre y de cada cristiano, levantando la voz y actuando concretamente contra los promotores y los autores de todo esto. Por lo contrario, Jorge Mario Bergoglio y sus ministros disculpan y defienden a los promotores y los autores de la cultura de la muerte, especialmente si pertenecientes a confesiones religiosas que son anti-cristianas y contra los cristianos; y, entretanto, elogian el ejemplo de vida diabólico de personajes públicos que han luchado contra los principios de la verdadera vida dictados por Dios Padre e invitado tanto a transgredir la Ley Divina, como la moral cristiana y aquella natural.

Jesucristo Nuestro Señor dijo de ser el Camino, la Verdad y la Vida. Por consiguiente, fuera de Cristo, Hombre-Dios, no hay Salvación. Sin embargo, Jorge Mario Bergoglio ha afirmado de no creer en un Dios “católico”; que “no hay, ni siquiera para quien cree, una Verdad Absoluta”; que todos, indistintamente (judíos, musulmanes, budistas y los pertenecientes a otras filosofías religiosas) se deben considerar “hijos de Dios”. Al decir y hacer esto Jorge Mario Bergoglio y sus ministros niegan Cristo único Camino que conduce a la Salvación, niegan Cristo única y eterna Fuente de Verdad, niegan Cristo único y eterno Medio donado por Dios Padre Omnipotente a la humanidad para obtener y vivir la Vida Eterna. Quien niega en los hechos y con las palabras Cristo Hijo de Dios no puede ser en comunión con el Padre y con el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo. Y quien ya no está en comunión con el Cielo no puede ni atar, ni desatar, ni excomulgar ninguno que quiere pertenecer a la Iglesia de Cristo en la Tierra.

Jesucristo Nuestro Señor dijo que nadie habría debido osar escandalizar Sus pequeños, abusando de su intimidad y de su inocencia. La Institución guiada por Jorge Mario Bergoglio está plagada por continuos y reiterados escándalos que involucran sus ministros tanto en prácticas sodomíticas, como en abusos hacia los pequeños y los inocentes. Ninguna verdadera, autoritaria y automática condena se inflige latae sententiae a todos aquellos que se manchan de tales terribles delitos y de todos aquellos que, en vez de denunciar y extirpar de raíz dichos inadmisibles escándalos, se hacen en los hechos cómplices de lo que es abominable a los ojos de Dios y de todos los hombres. Se instituyen inútiles comisiones sin ningún poder, levantando la enésima polvareda mediática, para seguir cubriendo y disfrazando los culpables autores del más grave y atroz crimen contra la humanidad.

La verdadera Ley de Dios es pisoteada y subvertida en los principios fundamentales. El Espíritu Santo ya no puede residir en la casa que, mientras tanto, ahora como entonces, ha llegado a ser desierta, nido de víboras, donde la preocupación es de limpiar el exterior del vaso que al interior está colmo de cada tipo de abominación y de perversión. El Padre, ahora como entonces, retoma por Sí con vigor lo que Le pertenece para donarlo a quien, animado por sentimientos verdaderos y santos, vive para defender Cristo Señor, Camino, Verdad y Vida; y hacer que el Corazón Inmaculado de María, Buena y Tierna Madre, Madre Iglesia triunfe.

El Padre ya no puede permitir que Su Viña sea pisoteada y abandonada por aquellos que, inicialmente llamados a administrar la Viña con santidad, son más y más prenda de pasiones inmundas e impuras, por aquellos que se sirven del Nombre de Dios para cultivar intereses personales, al detrimento de los inocentes y del pueblo al cual se le da a creer, con arrogancia y maldad absoluta, no obstante la tan aclamada y engañosa humana misericordia, de ser los depositarios de la verdad.

Quien niega Jesucristo, Verdad Absoluta, Bien Absoluto y no relativo; quien no cree en un Dios Católico; quien piensa que todos, más allá de la pertenencia religiosa, son igualmente hijos de Dios; quien piensa que la Alianza con el pueblo judío jamás ha sido revocada; quien profesa todo eso y mucho más, ya ha sido excomulgado por el Padre y, por consiguiente, ya no está en comunión con el Espíritu del Padre. Y sin la presencia del Espíritu Santo ningún sacramento puede ser válidamente impartido ni la renovación del Sacrificio de Cristo puede ser válidamente celebrada.

Dios Padre Omnipotente no podía dejar huérfanos Sus hijos. Por esto el Padre ha querido refundar Su Iglesia, en la Tierra donde ya en 1947 había enviado Su Hijo, con forma de Niño, para preparar la humanidad a acoger Su Plan de Amor y de Redención, Cristiano y Universal, que se funda sólo y únicamente en el Amor a Cristo, única Piedra, único Tesoro, Único y Sumo Bien, Absoluto. De esta manera, mientras que ahora Bergoglio y sus ministros canjean y malvenden las enseñanzas de Cristo para dar vida a una nueva religión mundial, que no se funda en las enseñanzas de Cristo Jesús, la Iglesia Cristiana Universal de la nueva Jerusalén manifiesta Su comunión con lo que pertenece al Padre y que nunca será canjeado o traicionado: Cristo Nuestro Señor.

La Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén defenderá y siempre atestiguará con el corazón y con la voz Cristo y Sus enseñanzas auténticas, queriendo seguir manifestando y viviendo la comunión con Dios Padre Omnipotente; con Cristo, Su Hijo; y con el Espíritu Santo, para hacer que el Corazón Inmaculado de María triunfe y el Plan de Amor y de Redención, para la gloria y en honor al Padre, sea llevado a cumplimento. En alabanza y gloria de Cristo Nuestro Señor. Amén.