Comunicado de prensa

20 de abril de 2018

La Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén aprende con asombro y desconcierto la declaración oficial emitida el día 18 de Abril de 2018 por la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales de la Iglesia de Roma en relación con la situación del pequeño Alfie Evans.

Una Iglesia verdaderamente cristiana no puede simplemente afirmar que “le corresponde al hospital presentarse a los tribunales británicos… evaluando las razones medicas para que se haga una excepción”.

La decisión de salvar la vida nunca puede ser una excepción. Debe ser la regla. Siempre. De manera absolutamente incondicional. Delegar el juicio al “hospital” y a “los tribunales británicos”, que ya se han expresado oficialmente para hacer morir el pequeño Alfie, significa en realidad aceptar (mas allá de las palabras) la eutanasia. Este es el significado de las palabras de una Conferencia Episcopal de la Iglesia de Roma.

La Iglesia de Cristo es una, santa y universal. Habla a una sola voz y cada miembro está unido con el único Cuerpo, el Cuerpo de Cristo. La Iglesia de Roma muestra por la mañana al mundo que quiere ayudar a Alfie y a sus padres pero por la tarde, oficialmente, a través de una Conferencia Episcopal, en realidad lo niega todo, juega con las palabras y no se opone con fuerza, sin ambigüedad, a defensa de la vida en contra de la eutanasia. Jesús dijo: deja que tu hablar sea “si, si” y “no, no” (Mt 5,37).

Una vez más, con una sola voz, sin ambigüedad, esta Iglesia hace oír su voz: “Salvad la vida de Alfie Evans. Salvad la vida de todos los inocentes. La eutanasia no es de Dios que mandó: “No matar” (Mt 5,21). Deje que cada padre y cada madre puedan ejercer su sacrosanto derecho a hacer curar a sus hijos donde y como se sientan más apropiados, para que todo se pueda hacer para salvar cada vida, don de Dios”.