Comunicado de prensa

23 de abril de 2019

La Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén está cerca con la oración y con el Amor fraternal de todos los cristianos y de todos los hombres y las mujeres de buena voluntad víctimas del acto de muerte hecho y oficialmente revindicado por extremistas islámicos contra la minoría cristiana en el País de Sri Lanka en el día de Pascua, proseguido durante el día de ayer.

En expresar la propia condolencia y la propia cercanía en la oración a los familiares de las víctimas, a aquellos que están heridos y a toda la población de Sri Lanka, esta Iglesia condena con firmeza todo acto de violencia y de terrorismo, especialmente aquellos perpetrados por extremistas religiosos en el nombre de Dios. Dios a todos ha mandado: «No matarás» (Dt 5,17; Mt 5,21).

Ningún credo religioso puede autorizar o tolerar que se mate en el Nombre de Dios. La Comunidad internacional y toda Comunidad religiosa debe condenar con fuerza tales actos, haciendo oír alta la propia voz de condena de atentados que se están repitiendo en muchas Regiones del mundo, sobre todo por parte de extremistas islámicos contra las menorías de cristianos, en la casi total indiferencia de muchos, in primis de la Iglesia católica romana que con toda evidencia ya no tiene como prioridad la defensa de la vida de sus hijos, prefiriendo perseguir otras políticas y prioridades, como el favorecimiento de la migración en masa de los fieles musulmanes hacia los Países de tradición cristiana. Quien cuida de la vida y de la fe religiosa de los propios hijos, no se limita a proclamar genéricas condenas de genéricos actos terroristas, sino que interviene para defender activamente a los cristianos de toda parte del mundo, sin miedo y sin ninguna reticencia en condenar aquellos que exterminan a los cristianos inocentes con motivo de su fe religiosa.

Cristo Resucitado, Aquel que dona la Vida y vence la muerte, pueda acoger en Su Corazón misericordioso a todos Sus hijos y a todos los hombres y las mujeres de buena voluntad víctimas del terrorismo y de toda violencia; y pueda además manifestar la propia indignación con respecto a quien está indiferente hacia el genocidio de enteras comunidades de cristianos actuado en distintas Regiones en el mundo.