DECRETO PONTIFICIO

Glorioso San José

El humilde y obediente Custodio del Tesoro de Dios

PREFACIO

  1. Viva está la devoción de los hijos de Cristo y de María a San José, el Patrono de la Iglesia Universal1, el Custodio de la Sagrada Familia y el Custodio de la Pequeña Cuna del Niño Jesús, que el Padre ha hecho bajar del Cielo donando nuevamente una parte de Sí, del propio corazón, para nuevamente manifestar Su filiación (Gal 3,26; Ef 1,5) en Cristo y María.

  2. La Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén avanza, para hacer vivir a todos los propios fieles la devoción a San José en la totalidad. San José, Hombre de estirpe real (Lc 2,4), es Custodio de la Sagrada Familia, Patrono de la Iglesia Universal, Custodio de la Pequeña Cuna del Niño Jesús; Custodio de la Pequeña Cuna del Niño Jesús; Custodio de la cristiandad y Santo Patrono de toda familia cristiana.

  3. Como, de hecho, el Padre ha puesto, de aquel tiempo, el Santo José como Custodio y Patrono de aquel hogar domestico, Familia, Iglesia domestica, célula de la cristiandad, célula de la Iglesia Universal naciente, San José está nuevamente llamado en estos tiempos a guardar en estos tiempos el Misterio del Niño Jesús bajado del Cielo en la Tierra de Amor donada por el Padre a esta humanidad, y a custodiar todo hogar domestico, toda familia cristiana llamada, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia, a volver a ser centro de la vida de todos a fin de que toda familia que se encomienda e invoca la protección, el custodio de San José pueda experimentar la armonía y el amor donadnos por la Sagrada Familia, para así volver a descubrir la belleza y la importancia de ser “familia”, vivir la “familia”, guardar la “familia”, como Dios Padre la ha concebido (Gen 1, 27-28) y realizado perfectamente en Jesús, José y María.

  4. Con San José se celebra la victoria de la Familia del Amor del Padre que se contrapone a quien, en aquel tiempo y en todo tiempo quisiera derrotar y aplastar el amor de la familia. El Amor bajado del Cielo (Jn 1,9) ha encontrado amparo y morada en la casa de José, manifestándose de manera nueva y revolucionaria. No un amor proyectado sobre si mismo, sino un amor para donar a todos, gratuitamente, como dono total de sí, renunciando y donando la propia vida (Jn 15,13) por el Amor más grande: Dios (Mt 22,37-38), que en Hijo encarnado (Jn 1,18) se manifiesta, donándose e inmolándose (Ap 5,9) para hacer que todos lleguen a la salvación2.

  5. He aquí el arranque de amor de San José que, con fuerza y coraje, generosidad y gratuidad, pasión y fidelidad vida al llamado recibido, totalmente se ha donado a Dios, donándose primeramente a María y entonces al Niño Jesús, para vivir gradualmente el Misterio de Dios (Lc 2,33). Acogiendo a la Mujer (Mt 1,20) que el Padre Le ha donado, San José ha podido acoger al Verbo hecho carne, el Amor hecho Persona, custodiándoLo y protegiéndoLo en la totalidad, llevando al cabo la propia misión, sin jamás faltar, sin jamás afligirse (cf. Mt 11,29) a pesar de las muchas dificultades enfrentadas3, siempre agradeciendo al Padre por el llamado recibido, con un ejemplo de vida recto y santo.

  6. 4, de custodia a la cristiandad, de custodia a la única doctrina cristiana, que es Cristo.

  7. José ha vencido el mundo (Jn 16,33), como hombre, esposo y padre.

  8. Como hombre fuerte y concreto, bueno y recto, humilde y apacible, sapiente y sabio, generoso y santo, silencioso, sino que siempre atento, San José ha acogido el Proyecto del Padre, contestándole “sí” (cf. Lc 1, 38) al llamado del Padre, aunque sin pretender comprender todo e inmediatamente. Vivo y dinámico en el espíritu, San José ha acogido el Proyecto del Padre, revolucionando el estatismo físico y espiritual de aquel tiempo, donando un nuevo modo de vivir la familia, amar a la familia, haciendo de la propia vida una misión de Custodia total y eterna de la Familia encomendadLe por el Padre, trabajando y sacrificándose sin parar para sustentar y proteger a la propia Familia.

  9. Como esposo (Mt 1,16) San José ha acogido la esposa que el Padre Le había encomendado, sin nunca recriminarse, protegiendo a María en la totalidad (Mt 2,13), donando a María respeto y amor total, un amor puro y casto, santo, vivido en el respeto de lo que el Padre había sugerido al corazón de aquellos Esposos santos, que han ofrecido perpetuamente al Padre la castidad absoluta, perfecta y santa, imprimiendo con aquel ejemplo una vuelta total a la sociedad de aquel tiempo en el cual el concepto de “amor” se vivía de manera egoísta. En el cual todo estaba finalizado a la satisfacción de sí y del propio “yo”, así como pasa ahora, en estos tiempos, donde todo se vive de manera aún más exasperada y la familia ya no es centro, prioridad de la vida ni del hombre ni de la mujer.

  10. Como padre, así como cada padre está llamado a hacer, San José ha protegido a Su Hijo (Mt 2, 14), impartiendo al Hijo la justa educación (Lc 2,27), haciéndoLe comprender las prioridades para respetar, a fin de que el pequeño Jesús pudiese crecer y manifestarse al mundo como verdadero Hombre y verdadero Dios (Lc 2,52), aprendiendo de José toda virtud humana. Para el pequeño Jesús, José ha sido el modelo de vida para seguir e imitar hasta el día en el cual el Padre ha llamado hacia Sí a San José, para hacerlo partícipe de la gloria del Paraíso5.

  11. En estos tiempos San José nos indica nuevamente el Camino (Jn 14,6) que el Padre Le ha trazado: custodiar la cristiandad, la doctrina cristiana auténtica que es Cristo, que se manifiesta en Su Iglesia Universal; custodiar la familia, primera iglesia domestica, donde el hombre y la mujer se acogen mutualmente el un al otro, donándose amor, en la fidelidad absoluta, manteniendo fe a la promesa reciproca de unión santa e indisoluble, experimentando la alegría de ser familia, que pone en el centro el Amor por Dios, el valor de ser familia, donde hombre y mujer comparten en Cristo y en María la carga cotidiana (Mt 11,30) que conlleva la gestión de la familia.

  12. El amor de San José es ejemplo del amor del Padre hacia el Hijo (cf. Jn 3,35) de Dios6, a fin de que siguiendo Su ejemplo todos los hijos de Dios puedan guardar al Tesoro de Dios (Mt 6,21) y tomar parte, permaneciendo en constante comunión de corazón, alma y espíritu con Cristo (Mt 26,26-29). San José con Su ejemplo nos manifiesta que para vivir la comunión perfecta con el Hijo de Dios es necesario acoger a María (Mt 1,24), Sierva, Esposa y Madre del Altísimo (Mt 1,23), la Reina del Cielo y de la Tierra y la Corredentora Universal7, así de poder vivir la comunión perfecta con Jesús (Jn 6,51), el Verbo hecho carne (Jn 1,14), el Amor bajado del Cielo, que limpia el corazón, el alma y el espíritu de todo egoísmo y de todo pecado.

  13. San José es el humilde Santo8 de la obediencia amorosa (cf. Flp 2,8), Aquel que ha acogido con entusiasmo, dedicación y pasión la tarea encomendadLe por el Padre. Custodiar el Tesoro de Dios, custodiar lo que del Cielo había bajado; custodiar en el corazón lo que de más precioso estaba en el mundo. Su humildad y Su obediencia amorosa, la pasión con la cual todo ha desempeñado, han permitido al Hijo de Dios crecer (Lc 2,51) y enseñar a los corazones a vivir el Amor del Padre. Jesús se ha nutrido del Amor que San José Le ha donado sin parar. San José ha donado a Jesús sus cuidados paternos y amorosos9, así como ha donado a Su santa Esposa Su infinito Amor.

  14. La cristiandad entera y toda familia verdaderamente cristiana está llamada a vivir la santa y total devoción al Santo Custodio y Patrono José, a fin de que bajo su custodia y protección, empujados por Su ejemplo, cada cristiano pueda perseverar en la humildad y en la obediencia amorosa al Padre; y toda familia cristiana pueda perseverar para vivir el verdadero amor, la unión y la armonía santa10, para hacer que todos vuelvan a descubrir la belleza y la importancia de ser “familia”, primera iglesia domestica (Lc 2,16), puesta en el centro del Plan de Amor y de Redención querido por el Padre, que en la familia querida por el Padre hará vencer y triunfar la cristiandad.

PROCLAMACIÓN

Como Pontífice de la Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén

DECRETO

que el Glorioso SAN JOSÉ

sea venerado por todos los fieles de la Iglesia con titulo de:

Custodio de la Familia

Patrono de la Iglesia Universal

CUSTODIO DE LA PEQUEÑA CUNA DEL NIÑO JESÚS

CUSTODIO DE LA CRISTIANDAD

PATRONO DE TODA FAMILIA

 

25 de marzo de 2020
Fiesta Solemne de la Anunciación
a María SS.ma
de Nuestro Señor Jesucristo

 

El Pontífice
Samuele

 

 

NOTAS
[1] Decreto del Pontífice Pio IX, «San José Patrono de la Iglesia Universal» 08/12/1870
[2] Revelación de Jesús a María Giuseppina Norcia, «San José», del 19/03/1998, pág. 1
[3] Ibidem
[4] Ibidem
[5] Ibidem
[6] Ibidem
[7] Decreto del Pontífice Samuele, «En María, con María y por María», 22/12/2019.
[8] Revelación de Jesús a María Giuseppina Norcia, «San José», del 19/03/1998, pág. 2
[9] Ivi, pág. 1
[10] Ivi, pág. 3