Nueva Jerusalén: Pila del Espíritu Santo

El Padre está cerca de Sus hijos para llenar su corazón de Su vivo e infinito Amor, que en esta Casa, en esta Iglesia, en esta Cuna de Amor se irradia para llegar en el corazón de cada hombre y mujer de buena voluntad, para todos aquellos que están en búsqueda del Hijo de Dios, para todos aquellos que están en búsqueda de la viva paternidad de Dios Padre Omnipotente.

En la Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén, viva Morada del Amor de Dios, el Padre espera cada hijo anhelante por conocer el Hijo en la esencia y en la sustancia. En esta Casa la pureza de la fe en el Hijo de Dios y en el Padre está viva y llena. Ninguna mancha, ningún obstáculo se interpone entre el Padre y Sus hijos, entre el Hijo y Sus hijos, entre María y Sus hijas, para que cada hijo e hija pueda sentirse abrazado por Su vivo y verdadero y eficaz Amor.

Esta es la Nueva Jerusalén donde el Amor está vivo, donde el Espíritu que parte del Corazón del Padre por medio del Hijo llega y llena esta Pila de Amor para irradiar a cada corazón la Luz, la verdadera Luz: la Luz de Cristo, la Luz que purifica, la Luz que santifica y regenera.

La Nueva Jerusalén es la Pila del Espíritu Santo. En esta Pila del Espíritu Santo la Vida se renueva. En esta renovación el Espíritu está vivo.

«Exultad hijos de Dios porque es fiesta, porque en esta Casa, en esta Iglesia, la fiesta está viva, total, continua. Con la presencia, en Espíritu y Verdad, del Hijo de Dios cada corazón debe vivir su fiesta, para participar y coparticipar a Su Mesa, donde se derrama Su Amor, Su Luz, Su vivo sacrificio para renovar cada corazón».

«¡Hijos de Dios! Saciaos en la Pila del Espíritu Santo. Bebed el vino nuevo porque es fiesta. El Esposo está vivo y Su Esposa y los hijos beben su vino para nutrirse y regenerarse».

 «A ti Babilonia: tus campos se secarán. Faltará el agua y no producirás más fruto: y tus frutos se pudrirán. Faltará la esencia de la vida y tus sarmientos se secarán. ¡Árida tu tierra! Ya no estarán las palomas del Padre sino que pájaros de muerte y de terror volarán sobre ti y anunciarán tu muerte».