A la Santísima Cruz
revelada por la Virgen María a María G. Norcia el 8 de abril de 1990
LA VIRGEN MARÍA DICE:
Tened presente aquella Cruz que ilumina el mundo, única Luz de muerte y resurrección, hay llanto y alegría.
Recemos juntos y digamos:
O Jesús misericordioso, Te rogamos para que Tu sacrificio hecho por nosotros, permanezca siempre en nuestro corazón. El Sacrificio que has querido con Tu crucifixión, sea ejemplo inolvidable para nosotros.
Alabanza a Ti, Señor, bondad infinita, que por nuestra salvación has sufrido el suplicio; dónanos Tu perdón y aún más fe, más amor para Ti y para nuestros hermanos.
Viva siempre en nosotros y en el mundo entero, Tu nombre y Tu presencia.
Ilumina a quien todavía obra en las tinieblas y va buscando Tu Amor.
Ilumina donde la discordia ha llevado la separación del amor, haz que
Tu luz resplandezca sobre ellos.
Dona Tu Alegría a cuantos todavía no la han conocido.
Te rogamos Jesús.
Que sea aquel día de tu venida, el Nuevo Reino, lleno de tus hijos.
Tres veces digamos:
Señor dónanos Tu Divina Misericordia.