Prefacio

Concebida antes que el tiempo fuese, María Giuseppa Norcia nace el 21 de enero de 1940. Elegida por el Padre por el cumplimiento de Su Plan de Amor y de Redención por la humanidad, Ella transcurre toda su vida en íntima unión con Dios, que La conoce desde siempre. 

El 13 de junio de 1947, en el lugar donde ahora surge la “Pequeña Cuna”, Ella acoge en Su Corazón puro y sin mancha el Niño Jesús, bajado del Cielo por voluntad del Padre.

Llena de la Presencia Divina, Ella crece segura y serena. El 15 de mayo de 1974 es el día de las Bodas con el Cielo. Gracias a Su fiel “sí” a la voluntad divina, el Padre da cumplimiento a Su Plan de Salvación por la humanidad entera.

Llena de la gracia de Dios, el Padre en Su Vida La hace ser primero Hija, luego Esposa y entonces Madre.

Mujer Fiel a Su Señor, Ella encarna las virtudes de la Fuerza, de la Humildad, de la Dulzura y de la Simplicidad. Para todas las mujeres y para todos los hombres de buena voluntad Ella es el ejemplo vivo de pureza, de obediencia y de humildad.

Su Corazón puro y sin mancha hace consistir y amar en los corazones la Inmaculada Madre de Dios y Su Hijo Unigénito. En la Inmaculada el misterio de María es humano y divino, imperscrutable e inaccesible.

El 5 de julio de 2008 Ella renueva Su “sí” a la voluntad del Padre, que La llama a Sí después de treinta y tres años vividos en oración a la “Pequeña Cuna del Niño Jesús”, donde Dios ha establecido Su Morada entre los hombres y aquí ha puesto Su Tabernáculo. He aquí la Nueva Jerusalén, la Columna de Luz, la Isla Blanca, el Castillo de las Almas, el Centro de la Misericordia Infinita, preparada por la Era del Espíritu Santo para el cumplimiento de Paz.