A María Santísima desolada

revelación a María G. Norcia del 2.10.83

María, Reina del universo, yo, pobre pecador, me postro ante Ti, para pedirTe humildemente perdón para las faltas que he cometido durante mi vida.
Y ahora quiero reparar, con las promesas unánimes que voy a decirte, pidiéndole para mí al Señor la gracia de la Vida Eterna.
Yo te consolaré y, por cuanto me sea posible, Te haré conocer y amar de todos aquellos que no te aman, consolando, así, Tu Corazón Inmaculado.
¡En Ti confio, en Ti espero y a Ti sólo quiero amar!
(Ave María)