Revelación de María SS.ma a María G. Norcia
15 de agosto de 1988
“¡Amad! ¡Esperad! ¡Perseverad!”
(Borrador)
La Virgen María dice:
Hijos míos, vengo a vosotros para confirmaros en la esperanza.
El mundo vive sin esta vital virtud porque todo se concentra en los regocijos del momento, pero los verdaderos hijos de Dios saben que sus regocijos están todos puestos en el futuro.
Pensad en el grito de alegría con el cual prorrumpí en las palabras del MAGNIFICAT: mi regocijo era, sí, grande por haber sido elegida Madre de Jesús pero aún más grande era porque veía cumplirse todas la Promesas del Señor, cuando los soberbios habrían sido castigados, los poderosos ya no habrían ejercitado prepotencias, los hambrientos ya no habrían seguido teniendo hambre y los humiles ya no habrían sido humillados.
Alegraos, entonces, porque, he aquí, se acerca el momento en el cual el Señor dará cumplimiento a Sus Promesas.
Mantened la Paz al interior y al exterior y practicad la caridad en todo sentido y grande será vuestra recompensa, cuando junto a todas las generaciones del mundo, podréis proclamar Vuestra Mamá Celestial Reina del Universo junto a mi Hijo Jesús que todo actuará por vuestra felicidad eterna.
¡Amad! ¡Esperad! ¡Perseverad!
Y vuestro nombre estará escrito para siempre en el gran libro de la vida, cuando la última en destruir será la muerte.
María Asunta Reina del Cielo y de la Tierra os bendice y os cubre con Su manto.
[Revelación difundida a cumplimiento del 41° aniversario de la primera aparición del Niño Jesús a María G. Norcia]