Revelación de Jesús a María G. Norcia
13 de septiembre de 1984

“ El Espíritu Santo”

(Borrador)

Escribe Hija mía:

El Espíritu Santo es el Espíritu de amor, es fuego iluminante; es fuego que guía las almas y les ayuda en el ascenso hacia el Cielo.
El Espíritu Santo es la Santidad misma personificada, por lo tanto santifica cuantos son dignos de sus dones.
El Espíritu Santo es el Espíritu mismo del Padre, del Hijo y del Esposo de la Madre Santísima.
Este es el tiempo de María, Mía y vuestra Madre, pero es incluso el tiempo del Espíritu Santo, que derrama sus dones generosamente sobre cuantos lo invocan con sinceridad y amor.
Quien posee el Espíritu Santo no puede temer ningún mal del maligno, excepto las pruebas necesarias a acrecentar la santificación.
El Espíritu de Dios habita en los corazones más puros, pero también en los que quieren purificarse, para llegar a ser más y más merecedores del Amor del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo mismo y de María Santísima.
La Capillita de Gallinaro está llena de Espíritu Santo y quien ahí entra absorbe amor en proporción a las condiciones de su espíritu y a su capacidad.
Se puede decir que la Capillita es como una gran Pila en la cual se sumergen cuantos ahí entran con humildad y fe, salen de ahí restaurados y llenos de Amor.
En verdad os digo que, si queréis transformaros de bestias a hombres divinizados, es necesario que con fe os arriméis a mi segunda Gruta, porque no habrá otra nunca más.
Estamos al final de los tiempos y allí quiero que se aúnen mis ovejas, y el día llegará que algunas siempre estarán allí a rezar y llorar por los hermanos, serán las más santas, las más puras, las más fuertes, deseosas sólo de salvar a costa de cualquier sacrificio.
Jesús.