Revelación de Jesús a María G. Norcia
28 de Agosto de 1994

“Las tres Fiestas más bellas”

Jesús dice:

– Mi corazón de Niño es guardado en esta pequeña Cuna, donde mis hijos ofrecen con amor muchas oraciones, dan alegría a mi corazón y a mis hijas fieles, que he puesto en defensa de mi Cuna y a las cuales he desvelado los misterios que en ella están contenidos. Un día serán desvelados. Mi hija será autorizada a desvelar toda cosa.

Grande será la alegría de cuantos han depositado su confianza en este santo lugar querido por el Padre, bendito por la Madre y destinado al Hijo, para que aquí pueda empezar a reinar no sólo en los corazones sino reinar para siempre, como el más grande, el más humilde entre los soberanos que reinaron en la Jerusalén de los Reyes. Grande fue la sabiduría de Salomón, infinito el amor de David, pero la sabiduría y el amor con los cuales Yo reinaré en la Jerusalén celestial que aquí se realizará, será el amor y la sabiduría de Dios entre vosotros. Alegraos, hijos míos, estaré para siempre entre vosotros, habitaremos en la misma morada, sentaremos a la misma mesa, donde Yo abriré el libro de la vida y llamaré por su nombre a los hijos míos que han respondido a mi invitación, que han merecido estar escribidos en el libro de los Santos. Seréis llamados uno por uno, os haré entrar sin nada pedirles porque lo que ha sido escrito no necesita presentación, porque ya son queridos a mi corazón desde el momento en el cual sus nombres han sido escribidos.

Hijos queridos, estaréis todos presentes delante de Mi en aquel momento y no existirán justificaciones, o razones por las cuales no habéis respondido a mi invitación. Yo llamo a todos mis hijos, Yo llamo a todos con el mismo amor, con el mismo, idéntico amor.

No quisiera, no quiero, hijos queridos, que mi alegría en aquel día fuese ofuscada por la decepción, por el dolor, por la angustia de no encontrar todos los hijos míos.

Yo no quiero ser el Rey de un pequeño pueblo, sino el Rey de un gran pueblo, por lo tanto, os llamo aquí, venid, entrad en mi corazón. Hay espacio para todos porque todo el amor del cual soy capaz será donado a los hijos de mi corazón. Luego tendré que aplicar la justicia del Padre, que no me permite abrir mi corazón a aquellos que han rechazado mi amor. Esta es la verdad, hijos míos.

Aquí en este lugar yo retornaré, para recoger los frutos de mi pasión. Este es mi Reino.
Advierta a todos hija mía. Advierta a todos mis hijos de no buscar por otra parte, de no escuchar el canto de las sirenas, de no dejarse seducir por quien usa mi nombre.
Dadme la posibilidad, aquel día, de agradeceros por su amor, el amor que habéis sabido suscitar por Mi, por vosotros y por vuestros hermanos.

Entonces, sólo entonces, mi corazón descansará. Esta será la tercera fiesta más bella del Paraíso. La primera fue mi ascensión al Cielo, la segunda aún más bella fue la asunción al Cielo de la Madre mía y ahora el Paraíso en tierra, mi retorno entre vosotros. El universo entero prepara esta gran fiesta, porque será la fiesta de todo mi pueblo sustraído, por fin, de la esclavitud del enemigo que ya no podrá dañar a nadie.

Éste Yo prometí a aquella niña inocente, éste Yo grabé en su corazón.  Su fe en mi amor ha hecho que Yo pudiera realizar mi Isla Blanca.
Su amor por mi Cuna llevará a cumplimiento este gran diseño, querido por el Padre, encomendado a mi amor y a su sacrificio por vuestra salvación.

Os bendigo y os abrazo.
Jesús.

Giuseppina Norcia