El verdadero proselitismo de Cristo
y la ira de Dios sobre Babilonia

Dios Padre Todopoderoso es El que es. “Yo Soy” es la Autoridad Suprema. Cada poder, cada ligazón, cada vínculo transversal que aúna los poderes humanos ante la Autoridad divina será desatado. La medida del Padre está colma. En Su Autoridad divina Dios Padre Todopoderoso pronuncia Su sentencia. Cada controversia, cada dictadura humana sucumbirá a la Autoridad divina.

Dios Padre Todopoderoso, en Su Autoridad, ha emanado Su acta de acusación contra cada poder que combate y ha combatido el Espíritu de Dios, que en la Iglesia de Cristo está vivo. La humanidad será tomada por sorpresa. La humanidad mirará con profunda sorpresa a los eventos. La humanidad será hecha culpable para haber acogido la falsedad, que en la iniquidad está viva. Pero ante la Autoridad del Padre todo se doble.

La Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén no corre detrás, sino avanza. La Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén es la avanzadilla de la acción de Dios. La Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén, hecha de corazones, manifestará fidelidad y firmeza en Cristo, el único Señor, el único Maestro, el único Salvador. Las piedras del mundo caerán y rodarán, llevándose consigo alaridos, gritos y lamentaciones. Y las lamentaciones producirán aún más pecados contra Dios. Muchos blasfemarán al nombre de Dios. Pero el pueblo fiel a Dios, que el Padre ha formado, continuará el camino que conduce a Su Corazón, Misericordioso y Justo.

A tiempo el Cielo ha hecho comprender a través de Sus enviados el c o m p o r t a m i e n t o de tener con las cosas de Dios. A tiempo la humanidad ha sido advertida que la distancia entre la humanidad y la divinidad iba aumentando. A tiempo fue dicho: «No tentarás al Señor tu Dios». Ahora la ira de Dios, Padre Todopoderoso, se abate sobre cada poder, sobre aquellos que por mano de la iniquidad, que es Babilonia, aumentan las barreras para intentar parar la verdadera cristiandad. Pero los verdaderos cristianos avanzarán, proclamando la Verdad, que los hombres no quieren escuchar, porque la Verdad duele. Porque se querría que la Palabra de Dios fuera sólo misericordia y jamás misericordiosa justicia.

El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios Uno y Trino hará avanzar la autenticidad cristiana, porque el mundo vea, escuche y viva el avance y el triunfo del pequeño pueblo de Dios. Los puros de corazón vivirán todo esto, aquellos que desnudos de cada forma de espiritualidad acogerán el Espíritu del Padre, creyendo en el pueblo querido por Dios y queriendo aferrarse a este pueblo para sobrevivir y llegar a la verdadera vida, que es Cristo Señor.

El resto de Israel caerá con Babilonia: Babilonia la grande, la gran ramera, aquella que se ha prostituido al mundo atrayéndose la ira del Padre; Babilonia, aquella que ha profanado el nombre de Cristo y ha malvendido la sangre de los Mártires de Dios, aquellos que en el Nombre de Cristo han sacrificado su existencia abandonándose a Él para vencer al mundo, sin nunca dejar de proclamar Su Nombre, Cristo Salvador, porque – como ha escrito San Pablo, el Apóstol de todas las gentes – en el nombre de Cristo «se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre» (Fil 2, 10-11).

Este es el verdadero proselitismo de Cristo. ¡La Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén, Iglesia de Cristo, siempre será fiel a Cristo y siempre proclamará y anunciará al nombre de Cristo a todas las gentes, a fin de que cada hombre, cada nación y cada pueblo, invocando el nombre de Cristo podrá ser salvado! La iglesia de Roma ha renegado del proselitismo, ha renegado de la esencia y de la sustancia de las enseñanzas de Cristo; y la ira del Padre cortará y se abatirá sobre ella. Cada emanación de Babilonia será arrasada, a fin de que también en esto la mentira caiga. El signo de los tiempos hará comprender que lo que daba culto a otro culto, al enemigo de Dios, ya no será.

Los ángeles y los santos vendrán al socorro del pueblo de Dios. La Tierra se abrirá y engullirá en sus entrañas todos los negadores de la acción de Cristo, todos aquellos que han pintarrajeado la Viña del Padre, todos aquellos que han profanado Su Nombre y el Nombre de Ella que por gracia es Madre, María, la Inmaculada del Espíritu Santo, el Tabernáculo viviente que contiene el infinito.

La ignorancia cristiana será sacudida. Y muchos cristianos entrados en el sueño profundo de una fe tibia y edulcorada se despertarán y comprenderán de no poder seguir permaneciendo en su letargo en Babilonia. Pueblos y naciones ya no serán. Y la Iglesia de Cristo regenerará cada flor, a fin de que nuevamente todas las gentes podrán contemplar el Rostro del Padre y saborear Sus delicias y ser con Cristo, en Cristo y por Cristo en la eternidad.

Cada Palabra dicha se cumple. Cada Escritura se cumple. Grande será el escándalo, total será la Justicia del Padre, que partiendo de la humanidad se completará en la justicia espiritual. Cada faraón se golpeará el pecho ante la Autoridad del Padre que en Sus hijos se manifiesta.

«Alza la mirada, pueblo de Dios; enfrenta el enemigo y vence».
«Alza la mirada, pueblo de Dios; y manifiesta orgullo en la santidad».
«Alza la mirada, pueblo santo, porque mientras tanto el Fuego del Padre purificará la Tierra».