Vivir la Iglesia de Cristo es Salvación

El Corazón de Dios Padre Todopoderoso c o t i d i a n a m e n t e vive la Iglesia de Cristo, para hacer vivir en la cotidianidad el corazón de Sus hijos en la santidad, en unión a Cristo, en adoración de María, Eterna Mozuela, que con Corazón materno, cuidado materno, oferta materna y voluntad viva ha acompañado, crecido, fortalecido Sus hijos en la fe, en el Dios verdadero, en el Hijo de Dios. Este es el ejemplo vivo que permite y permitirá a los hijos de Dios de ser cristianos auténticos, voluntariosos en el espíritu, guerreros de la armada de María.

«Se oyó un gran ruido, en Cielo, en tierra y debajo de la tierra, como nunca se había oido».

Para los enemigos de Dios la ira del Padre es y siempre más será. Para los hijos de Dios, la gloria. La gloria de María, que con Su oracción, con Su coparticipación ha vivido, vive para hacer vivir Sus hijos. La gloria del Hijo de Dios, que muchos han perdido, que muchos han renegado y otros han ensuciado: el Sacrificio del Hijo de Dios, hecho propio por Sus Amigos. El Sacrificio de Cristo ha incitado a los corazones de Sus Amigos a dar vida a Su Criatura, Su Iglesia, Iglesia de Cristo, lista para acoger y redonar dignidad a todas las criaturas de Dios, aquellos que, habiendo reconocido en Cristo el Hijo de Dios, se han convertido en hijos. Y han permitido al Espíritu de penetrar los corazones, impregnar los corazones y de proceder, andar, así que el anuncio del Hijo de Dios pudiera llegar en cada rincón, para despertar a las conciencias y correr, andar, para abrazar El que el Padre había mandado, para restablecer el orden, devolver la dignidad para que nuevamente lo que el Padre había emanado pudiera ser respetado: Su Ley, que permitía a cada corazón de buena voluntad de vivir en la plena santidad, en el respeto que debe ser dado al Padre y en el respeto de la fraternidad recíproca.

Al hacerlo los pueblos y las nacciones habrían vivido en la santidad, en la colaboración santa y en unión total con El que es Vida. Pero la humanidad ha roto todo esto: el egoísmo, la codicia de poder, el servirse del poder de Dios para inorgullecerse y prostituirse al mundo, acumulando riquezas, honores y respeto. Como consecuencia el sacrificio de los Amigos del Hijo de Dios… poco a poco se ha perdido; y no se ha permitido más al Espíritu de vehicular los corazones, de circular libremente.

Nuevamente el Padre ha permitido para que nada y nadie pudiera decir: “¿Dónde eres?¿Qué esperas?” Dios Padre Todopoderoso es El que es. “Yo Soy”, el Padre Santo, el Padre Bueno y Justo, no tiene que hacer lo que muchos querrían o juzgan justo o injusto, según los tiempos y las lógicas humanas. Dios Padre Todopoderoso ha mandado en la historia Sus enviados para avisar, limitar y parar la iniquidad antes que fuera demasiado tarde, para restablecer aquella unión santa que santa debería permanecer entre los hijos y el Padre. Un tiempo, dos tiempos, la mitad de un tiempo. ¡Ahora la justicia del Padre es!

He aquí la Iglesia de Cristo, Camino, Verdad y Vida. Y a este Camino, a esta Verdad y a esta Vida el Padre pide abandono total, concienciación viva, autenticidad santa, para que cada creyente de esta Iglesia, cada fiel de esta Iglesia, cada hijo de Dios pueda vivir; y transmitir la vitalidad, que es dada en don por el Padre, para que el Espíritu siga circulando, despertando los corazones y donando a los corazones la plena y total santidad, que es reina en esta Iglesia, así como Madre y Reina es María, Nueva Jerusalén.

La Iglesia de Cristo infundirá en el corazón de cada fiel las virtudes que están en el corazón y en el seno de María, la Excelsa, Ella que se ha convertido en Corredentora, Ella que abajándose ha sido elevada para vencer el mundo. María, Esposa fiel, es presente al lado de Sus hijos. María nuevamente aplastará la cabeza a la iniquidad. María nuevamente aplastará el espíritu inmundo. María es y siempre será. María, Ella que es Hija, Esposa y Madre. María, la Nueva Jerusalén.

Entonces mientras que en una casa, que antes era y que ahora ya no es, salirá a scena la clausura de la cortina, en la Casa del Padre, en Su Morada, en la Isla Blanca, la Luz es y será Lampara de todas las gentes. Y el Padre y todos Sus hijos escucharemos el llanto y el crujir de dientes de aquellos que para una hora de succeso han perdido todo.

Los hijos de Cristo con espíritu ardiente sellarán los corazones; y con espíritu vivo colocarán el marco santo en los corazones de aquellos que, queriendo vivir la verdadera filiación, quieren ser ahora y siempre en Cristo, con Cristo y por Cristo. Y Dios Padre Todopoderoso acogerá en Su Corazón Santo cada oración de Sus hijos, cada pensamiento santo, para que los pensamientos de los hijos de Dios venzan la humanidad y siempre más den espacio al Espíritu de obrar en ellos para llegar en el corazón de todos los hombres de buena voluntad.

He aquí el proselitismo de la Iglesia de Cristo, la universalidad del mensaje cristiano, el único vehiculo que ahora, en estos tiempos duros y dificiles, lleva el Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo; y a través del Hijo llega en el corazón de Sus hijos para iluminar el mundo, anular las tinieblas y donar a los hijos vigor, brillo y pureza.

Los hijos de Dios están llamados a ser fuertes, santos y unidos. Y con un ejemplo correcto y santo, deberán saber transmitir la Voluntad del Padre, con mansedumbre y fuerza, con autenticidad y coherencia, con pasión y entusiasmo. Y de esta manera dejarse impregnar por el Espíritu del Dios Vivente, que es dado a todos. Y sobre la base de la apertura del corazón entra y obra para dar frutos.

Vivir la Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén, esencia y sustancia del Hijo de Dios y Corazón de la Madre de Dios, es Salvación. La Salvación debe ser conquistada, día tras día, en la c o t i d i a n i d a d, sin tentar a Dios Padre Todopoderoso, porque quien tenta al Padre se perderá.