La Iglesia de Cristo, Una, Santa y Universal
Nuevamente la Iglesia de Cristo avanza, se erige para vencer. Avanza contra cada poder, contra cada intento de subversión de la Verdad, contra cada efectivo esfuerzo en obstaculizar el camino triunfante de la Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén. La viva voluntad, la dedicación de los hijos de Dios manifestarán al mundo de buena voluntad la esencia divina de esta Iglesia, que en la sustancia dará fruto en abundancia.
La Iglesia de Cristo es. La Iglesia de Cristo, protegida, acompañada y escolta por María avanzará, a fin de que todos aquellos que en esta Iglesia creen puedan hacer que su voz se oiga, puedan hacer que su oración se sienta, puedan hacer que Cristo viva en cada corazón de buena voluntad.
Donde hay obscuridad, los hijos de Dios llevarán luz. Donde hay injusticia, los hijos de Dios llevarán la misericordiosa Justicia del Padre. Donde hay soberbia, los hijos de Dios actuarán con su santidad. Los hijos de Dios jamás retrocederán, jamás permitirán a la iniquidad y a sus hijos de obstaculizar el avance del Espíritu de Dios, que penetra la obscuridad, derrota la obscuridad y hace arder de certeza los hijos de Cristo y todos los hombres de buena voluntad que acercándose a los hijos de Dios quieren conocer Cristo, Camino, Verdad y Vida.
La Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén es la Iglesia de Cristo, nueva y renovada, que renova y purifica, que acoge y santifica. Acoge cada hombre de buena voluntad y aleja los portadores de iniquidad; aleja todos aquellos que son portadores de una falsa doctrina; alejará todos aquellos que en el corazón viven para cambiar lo que es de Dios.
Esta es la Iglesia, Una, Santa y Universal. La Iglesia que los santos y los mártires esperában.
Ahora esta Iglesia es vida, es, imperecedera y eterna. María, Madre Iglesia, hecha por hombres y santos en carne y hueso, que dan testimonio a Cristo, con fidelidad viva, con determinación santa y con coraje vivo de proclamar la Verdad, Una y Santa Verdad. La Iglesia que hace iluminar y brillar el Creado. La Iglesia que llena de alegría el Corazón del Padre, que ve la Iglesia de Su Hijo avanzar, combatir y llevar a cumplimiento c a d a palabra, c a d a Escritura, por la gloria de Su Nombre.
La Abominación será vencida. La Apostasía será subvertida con una Fidelidad profunda a Cristo Señor.
Llega el tiempo de la desertificación de los corazones.
Llega el tiempo, y es éste, de la subversión de la Palabra de Dios. Sólo un pequeño número de fieles mantedrá viva la enseñanza del Padre; y aquellos serán lamparas para todas las gentes.
Llega el tiempo, y es éste, en que la humanidad será puesta a dura prueba. Sólo un pequeño número de fieles cantará la alabanza del Altísimo; y estos serán guardados por Dios.
Llega el tiempo, y es éste, en que muchos serán los enemigos de Dios. El Padre les sacudirá con Su Justicia, en alabanza y gloria de Su Nombe y de Sus hijos.
Esta es la Iglesia de Cristo, que es perseguida pero avanza; es obstaculada pero sobrepasa y sobreparasá el obstáculo. La Iglesia de Cristo, signo de la infalibilidad del Padre. “Vi una Tierra Nueva y un Sol Nuevo. Todo lo de antes ha pasado. He aquí la Nueva Jerusalén, adorna por Su Esposo, Su Sol, Iglesia de Cristo, Universal. Habitará en medio de ellos y será el Dios con ellos. Secará cada lácrima y donará Su gracia. Cristo, nuestro Señor, Luz de todas las gentes”.