La Iglesia de Cristo vencerá Babilonia,
la Gran Ramera

A todos los pertenecientes a la Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén, pueblo santo de Dios; a todos aquellos que están contrastados por su fe; a todos aquellos que están en busca de la verdadera fe; a todos los hombres de buena voluntad: ¡Paz! En Cristo, con Cristo y por Cristo que la Paz sea para todos.

Los hijos de la Iglesia de la Nueva Jerusalén quieren unir el propio corazón a Cristo, el Hijo del Dios vivente, El que acoge en Su Sagradísimo Corazón cada sacrificio, cada sufrimiento; en la certeza que Cristo une Su Corazón al corazón de Sus hijos, a fin de que el verdadero Amor triunfe, a fin de que la Palabra del Padre pueda alcanzar los corazones, despertárlos del torpor de la mano enemiga y hacer vencer y triunfar la Verdad, que en Cristo Salvador es y siempre será.

La enemistad siempre más alcanza los corazones. La enemistad aguijonea muchos corazones para que el contraste entre naciones y pueblos crezca; y pueda llegar a destruir el carácter sagrado de la vida, a fin de que la confusión sea total y la mano del enemigo de Dios pueda actuar para aparecer y destruir. En ésto se manifestará aún más la acción de la mano enemiga: querer destruir el carácter sagrado de la vida.

La iglesia de Roma persigue su proyecto. Un proyecto basado en una falsa unión entre todas las principales religiones del mundo, que se manifiesta en la falsa aparencia de amor. El la palabra “amor” se cumple la manifestación del falso proyecto de unión. Un “amor” humano, sólo humano, que no se funda en el verdadero Amor, Cristo, el Amor hecho carne, el Amor encarnado, el Amor vivo que es Persona. Sino un “amor” humano, sólo humano, que está inspirado por el que ha dado vida a este proyecto de falsa unión que no es de Dios: Sai Baba. Todavía, en realidad, al hacerlo, los hombres de la iglesia de Roma manifiestan su esencia. La abominación de la desolación, anunciada, ahora es.

Para los verdaderos cristianos Uno es el Camino, de percorrer, para seguir viviendo en el recto camino que lleva al Corazón del Padre: Cristo. En Cristo los corazones deben ser convertidos a la santidad, a la autenticidad, a la vida, que sólo con amor, regocijo, buena voluntad se puede alcanzar. Nunca la voluntad del Padre, el Corazón del Padre puede contradecirse. Nunca el Pensamiento del Padre puede ir contra natura. Nunca el Nombre del Padre se puede someter y destruir para vencer contra los hermanos. Dios es Vida. Cristo es Vida.

La Iglesia de Cristo es portadora de Paz, de infinito Amor, a fin de que en Dios, en Su Hijo, esté Alegría inmensa y Sinceridad de corazón, porque se está en la Verdad. Ésto es lo que la Iglesia de Cristo, la Morada de Dios entre los hombres, la Nueva Jerusalén, Tierra de Amor, proclamará, para que la cristianidad mantenga vivo el Pensamiento del Padre, contra muchos hombres que quieren hacer de la sóla humanidad el centro del propio poder. Un poder sólo humano que ha abandonado y combate la voluntad divina.

Dios Padre Todopoderoso no permitirá que el espíritu del mal pueda prevalecer sobre el Espíritu Divino. Ahora como entonces Dios Padre Todopoderoso extenderá la potencia de Su brazo y la purificación será. Una voz en el Cielo y en la Tierra se oirá:
¡”Ay de vosotros, sodomitas inútiles”!
¡”Ay de vosotros, pecadores impúdicos”!
¡”Ay de vosotros, fariseos, que os m a n i f e s t á i s aparentemente revestidos de santidad pero que en el corazón sois animados de la luz de la bestia inmonda” (Ap 13; Ap 17, 3.7-9.17)!

Nunca puede y podrá existir unión sin Cristo. Sólo Cristo es El que une. Sólo Cristo es el centro de la vida de cada cristiano. Sólo Cristo es el centro de la vida de cada hombre. Sólo Cristo es el centro de todo. En Cristo cada enemistad será rota. Por Cristo se avanzará contra quien quiere malvender los principios fundadores que reglan la vida de cada ser humano. Con Cristo cada acción contraproducente a la cristianidad será reprobada. La autenticidad permanecerá viva hasta el final.

La cristianidad es y será para todos, porque el mensaje del Padre es universal: el mensaje que llama los corazónes a Su doctrina y a Su disciplina santa. El mensaje cristiano es un mensaje auténtico, que procede del Padre y del Hijo y con el único Espírito obra, avanza, convierte, purifica para s a n t i f i c a r. En ésto hay unión, la verdadera unión en Dios Padre, que contrastará una falsa unión querida por los hombres que han vuelto la espalda a Dios. Con esta acción estará la Paz en la Tierra, verdadera y estable, donada por el Padre a la humanidad que Le permanecerá fiel, que se contrapone al falso proyecto de paz querido por hombres inicuos que han traicionado el Espíritu Santo para perseguir un proyecto diabólico, para servir el espíritu del anti-cristo, para dar vida a una falsa religión mundial que, en vez de liberar del mal, hará nuevamente todos los hombres esclavos.

Vivir Dios es respetar el Proyecto de Salvación querido por el Padre, que sólo en Cristo, el Amor hecho Persona, se cumple. Todo lo que es contra Cristo viene del hombre, no de Dios. El hombre y un sistema de hombres inicuos que quiere centralizar sobre sí mismo lo que es de Dios.

Siempre más en muchos se darán cuenta de la dirección que la iglesia de Roma, Babilonia la grande (Ap 14, 8; Ap 16, 19; Ap 17, 5; Ap 18, 2.4.10.20-21), la gran prostituta (Ap 17, 1.15-16.18), la gran ramera (Ap 19, 2) ha tomado. Ya muchos comprenden y muchos otros siempre más comprenderán que el timón de aquel barco, que una vez era guiado por el Apóstol Pedro y que ahora está guiado por otros que ya no son animados por el mismo Espíritu, viaja en una dirección o p u e s t a al Espíritu Santo. Un barco de intento conducida a la ruina, conducido a la auto-destrucción por aquel y aquellos que serán reconocidos en la esencia y naturaleza del espíritu anticrístico que les anima.

Y el Espíritu Santo se manifestará más y más, para manifestar al mundo Su viva presencia, que conduce y siempre más conducirá el verdadero Barco a apostar en el Corazón del Padre, manteniendo firme el Camino, manifestando la Verdad, para donar a todos los hijos que permanecerán fieles a Cristo la vida eterna.