La virtud de la Fidelidad
4 de julio de 2020
Meditación del Día
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Hoy quiero meditar junto a vosotros la virtud de la Fidelidad, la virtud que en estos tiempos últimos de la historia de Dios ha caracterizado y caracteriza la Mozuela de Dios, y caracteriza los hijos de la Nueva Jerusalén.
La Fidelidad es fiel, y nunca traiciona a Su Señor, nunca traiciona a los hijos que el Señor le ha encomendado, le encomienda y le encomendará. En la Fidelidad los hijos de Dios encuentran amparo y consuelo, refugio y sostén. La Fidelidad es bella, la Fidelidad es pura, la Fidelidad es santa. La Pureza infinita amanta la Fidelidad, en la totalidad, envolviéndola e inebriándola del santo perfume de Dios. La Fidelidad es Humilde, todo cubre y todo disculpa. La Fidelidad ama a los hijos fieles a Dios y como una buena y tierna Madre les cuida y les conforta. La Fidelidad comprende, la Fidelidad escucha, la Fidelidad ama con toda sí misma, sin reservas y sin nada guardarse para sí, donando Su dulce bálsamo, que alivia todo afán y sufrimiento, y cura toda herida.
La Fidelidad abraza el corazón, el alma y el espíritu. En la fidelidad no hay engaño y el corazón puro y sin mancha en la Fidelidad se complace, alejando de ello toda insidia y todo pensamiento no santo. El alma que se mantiene fiel a Su Señor jamás se manchará, el espíritu fiel a Dios se mantiene ligero y nunca se recargará por todo lo que es mundo y ayudará la mente a mantenerse concentrada sobre todo lo que pertenece a Dios, alejando todo afán, toda distracción, para poder amar a Dios y al prójimo con todas las propias fuerzas.
La Fidelidad es veraz. La Fidelidad ama a la Verdad y desprecia la mentira. La Fidelidad es buena, aleja toda malicia y maldad. En la Fidelidad está la Fuerza, la Dulzura, la Humildad y la Sencillez. La Fidelidad está viva, y quien se mantiene fiel a Dios jamás experimentará la muerte, sino que vivirá eternamente. Quien es fiel es obediente, puro y humilde, y quien es obediente y leal nunca traiciona. El enemigo de Dios nada puede contra quien, con fe, corazón y voluntad, vive para ser fiel a Dios. Ninguna tentación puede mellar el corazón, el alma y el espíritu de quien vive para estar en comunión con Jesús, Pan vivo bajado del Cielo, que en la Nueva Jerusalén ha establecido Su Morada, que en la Tierra de Amor acoge a cada hijo que quiere ser fiel a la voluntad de Dios Padre Todopoderoso, prefiriendo morir antes que traicionar.
La Mozuela de Dios, Aquella que Jesús ha definido ser la síntesis de los antiguos profetas y de todos los antiguos patriarcas, Aquella que Lo ha amado como Lo ha amado Su Madre, es Aquella que encarna todas las virtudes de María, la Esposa Fiel, Aquella que por la gracia recibida por el Padre ha acogido y contenido el amor infinito que es Dios, guardándoLo y preservándoLo de toda insidia, a fin de que Su Jesús pueda conducir todos a la salvación.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.