La virtud de la Lealtad
3 de julio de 2020
Meditación del Día
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Hoy quiero meditar junto a vosotros sobre la virtud de la Lealtad que está unida a la virtud de la Obediencia y está estrechamente relacionada con la virtud de la Pureza y de la Humildad.
Quien es leal es ante todo obediente a la voluntad de Dios y por consiguiente obediente a quien Dios ha llamado a ser responsable. Quien es leal es también puro, porqué el corazón está guardado y preservado de todo pensamiento malicioso que puede dañar, también gravemente, a todos los amigos y a todos aquellos que están llamados a compartir cada responsabilidad.
Quien es leal actúa a la luz del día, evitando tramar en la oscuridad o en la sombra de las tinieblas, hablando de manera simple y directa, leal, poniendo en práctica la enseñanza de Jesús que nos invita a decir “sí, sí” y “no, no”.
Por consiguiente, quien es leal es sincero y nunca mentiroso. Quien es leal y es consciente de los propios límites, ama a la Humildad, odiando la soberbia y la vanagloria.
Quien es leal actúa con rectitud y santidad, teniendo cuidado del único Bien primario: Dios. Quien es leal no traiciona, ni directa ni indirectamente, sino que ama la fidelidad, buscándola y deseando servirla con todas las propias fuerzas, sin jamás traicionarla, desconociendo la traición y los traidores, cancelando de la propia vida su recuerdo, cancelando de la propia esencia todo lo que es traición, prefiriendo morir, incluso en lo íntimo, antes que traicionar o faltar, o tramar o conspirar contra todo lo que es santo y pertenece a Dios.
La Lealtad es una gran virtud, que unida a la sinceridad combate la mentira y los mentirosos, y todos aquellos que profieren palabras arrogantes y soberbias. La Lealtad ama a los justos y a la justicia. La Lealtad está bien consciente, como nos enseña la Sagrada Escritura, de que como los pájaros van a posarse donde sus semejantes, Ella vuelve a quienes la practican. Quien es leal será lleno de bendiciones y siempre encontrará lo que le necesita.
La Mozuela de Dios siempre ha sido leal a Su Señor y a todos aquellos que el Padre, en el tiempo, Le ha encomendado. Ella ha amado a Jesús y a Sus enseñanzas sobre todas cosas, considerando hermano, hermana y madre quien ha vivido y vive para hacer la voluntad de Dios Padre Todopoderoso, como nos enseña Jesús. Quien, animado por el Espíritu Santo, ama al Señor más que su propia vida, más que todo bien material y más que todo afecto humano.
El Señor Jesús preserve los verdaderos hijos de Dios de toda deslealtad y, siguiendo el ejemplo de Su Mozuela, nos ayude a encarnar y amar a la Lealtad, unida a la Fidelidad, sobre todas las cosas.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.