ACTO DE MAGISTERIO

La Fe Cristiana

(Borrador)

  1. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. La Fe Cristiana es el centro de la vida de cada creyente en Cristo Señor, el Hijo del Dios Viviente, Aquel que es Camino, Verdad y Vida (Jn 14,6), Aquel que ha vencido a la muerte y derrotado al pecado (2Tm 1,10).

  2. Quien cree en el Hijo del Dios viviente no morirá, sino será salvado y resucitará a Vida eterna (Jn 11,25-27). Quien se encomienda al Corazón Inmaculado de María, la Corredentora Universal, será salvado.

  3. Éste es el Corazón de la Fe Cristiana, centro de la vida de los creyentes en Jesús y María. Fuera de esto, no hay Salvación (Hch 4,12).

  4. Esta es la Doctrina Cristiana auténtica, que en la Iglesia Cristiana Universal de la Nueva Jerusalén se vive. Esta es la Doctrina del Hijo de Dios, el Amor encarnado que es Dios, que es Persona (Jn 1,14). Su Nombre es Dios: Dios salva es Su Nombre.

  5. La humanidad ha descartado a Cristo y a Su Sacrificio Salvador (Sal 117,22). Y quien habría debido llevar a todos Su Doctrina imperecedera y eterna, ha malvendido la Fe Cristiana (2Ts 2,3) por un mísero plato de lentejas humanas (Gen 25,34), para adorar a otro dios que todos lisonjea, exalta, dona favores, ofreciendo poder humano, pero que, una vez utilizados, abandona dejando todos inermes, en una soledad y desaliento que mata al alma, esclavos del pecado y de su conciencia, conscientes de haber traicionado al Espíritu de Dios.

  6. La humanidad, vacía del Espíritu de Dios, del unigénito Espíritu que alimenta la Fe Cristiana auténtica, está presa del enemigo de Dios (Sir 27,10; 1P 5,8) que tiene en jaque al mundo, víctima del odio y de la violencia, del egoísmo y de la guerra, que engullirá Pueblos y Naciones, que desaparecerán para no ser más.

  7. Los Santos y los Mártires cristianos son los verdaderos héroes de Dios, aquellos que han donado la vida para hacer converger todo y todos en Aquel que es Vida. He aquí los fulgidos Ejemplos de Dios, donados a la humanidad para hacer que dodos vivan el día de Vida, los que – gracias a su Ejemplo y Sacrificio – le han permitido a la Fe Cristiana, la Fe en el único Señor que salva, llegar hasta nuestros días. Bienaventurados todos aquellos que, todavía viviendo sobre esta Tierra, han puesto y ponen en primer lugar a Su Nombre, a Su Palabra, a Su Vida, siguiendo Sus Enseñanzas imperecederas y eternas, así como la coparticipación a Su extremo Sacrificio (Ap 14,12).

  8. He aquí la unión viva y total de aquellos que quieren formar parte de Cristo, vivir en Cristo y acoger a Cristo en su corazón, como Cristo ha acogido en Su Santo Corazón de Padre, de Hijo y de Espíritu Santo a aquellos que nos han precedido. He aquí la unión indivisible entre la Fiesta de la Fe Cristiana y la Fiesta de todos los Santos, aquellos que han hecho del Proselitismo Santo su razón de vida, en la concienciación de que fuera de Cristo no hay Salvación; aquellos que hoy más que nunca quieren hacer aspirar todos a la santidad, re-partiendo y poniendo en el centro de la vida de todos las bases fundamentales de la cristiandad: “Amarás al Señor tu Dios; y amarás a tu prójimo como a Ti mismo” (Mt 22,36-40). Este es el Testamento de Dios.

  9. El Proselitismo Santo de los hijos de Dios no es una “solemne locura”, sino es el “Solemne Mando de Amor” de Jesús (Mc 16,15-16) a Sus hijos fieles, aquellos que, como Antorchas ardientes, brillan de Luz para llevar a todos la única Luz que Salva, el unigénito Salvador, bajado en la Tierra de Amor (Hch 1,11) para conducir todos a la Salvación. He aquí el Proselitismo de Amor del Pequeño Resto del Israel de Dios (Is 4,3), del verdadero “Israel” quedado fiel a Sus enseñanzas, que lleva a todos el mensaje salvador del Hijo de Dios: no imponiendo a todos la ley del “ojo por ojo y diente por diente”, que se volverá en contra porque la guerra llama guerra; no con la violencia, amenazando e imponiendo la muerte a quien no acoge la invitación de otros a la conversión; pero ni siquiera malvendiendo y diluyendo el Mensaje cristiano auténtico, para llevarlo gradualmente hacia la extinción, para llevar todos en una “casa común” donde reina una genérica (pero bien conocida) “civilización del amor”, en un “nuevo orden mundial” donde un “nuevo humanismo” (que levanta al hombre y descarta al Hombre-Dios) sea centro.

  10. La Alianza que Dios Padre Todopoderoso había estipulado con el pueblo hebreo ha sido abrogada (Hb 8,13). La Alianza que Dios Padre Todopoderoso había estipulado con el pueblo católico romano ha sido abrogada, debido a la traición del Espíritu Santo, blasfemado y no acogido (Mt 12,31) en Su Acción purificadora y salvadora, que en el Misterio del Retorno de Cristo (Jn 14,3; Hch 1,11) en la Nueva Jerusalén encuentra cumplimiento.

  11. En la Nueva Jerusalén (Ap 21,2) Cristo es nuevamente “la” Piedra puesta en el centro: Piedra Cabeza de Ángulo para Sus hijos fieles; Piedra de tropiezo para otros (Rom 9,32c-33), sobre la cual muchos se estrellarán (Is 8,14-15; Mt 21,44).

  12. He aquí la Iglesia re-fundada sobre la única Piedra, que es Roca (1P 2,7-10); la Iglesia imperecedera y eterna: Una, Santa y Universal; la Iglesia del Amor: Sólida, Pura y Santa.

  13. La Solidez está en la Fe: una Fe verdadera y auténtica, una Fe viva en Aquel que es, en la única Piedra que jamás se desmoronará (Is 28,16), porque los hijos que la habitan han puesto su fe y confianza en el Padre. Pura, porque no desvía y no se deja desviar, ni por un lado ni por el otro, sino que mira hacia adelante, donde la Pureza es Vida, donde está la única Luz que traza el camino para alcanzar el único Cumbre (Is 56,7) donde habita el Corazón del Padre. Santa: porque en el Santo de los Santos (Ez 41,23; Is 66,18b-22) se he dejado permear y ha puesto raíces, a fin de que aquellas raíces pudiesen enraizarse en el corazón de cada creyente de la Madre Iglesia (Ap 7,14-15), única Madre Iglesia, única Madre que aúna a Sus hijos para conducirlos todos al Padre: único y eterno Espíritu, que está vivo, es Santo y actúa sin parar.

  14. He aquí la batalla en curso entre el Bien y el Mal, como en Cielo y de la misma manera sobre la Tierra (Ap 12,7-9.17-18). He aquí los Ángeles y los Arcángeles, encabezados por San Miguel Arcángel, que vencen al maligno y a sus filas. He aquí María, que conduce Su Celestial Armada, que conduce al Pueblo Santo de Dios, el Pueblo Blanco de Dios, porque ha conservado la pureza de la fe: aquellos que viven para ser santos (Lv 11,45; Mt 5,48), que se contraponen a los apostatas y a los idolatras, a los que blasfeman al Espíritu Santo Dios y todo lo que Le pertenece (Ap 21,8).

  15. El maligno se aprieta y se torce entorno a la Madrastra (Ap 17,3.5), aquella que ha depauperado a su tesoro (Ap 18,23), malvendido a sus hijos (Ap 17,6), aniquilado la fe en el verdadero Señor (Ap 17,13), adorando a lo que es terrenal (Ap 17,4).

  16. Las raíces del Hijo de Dios están entrelazadas en el Corazón de María y de Sus hijos, de Su Estirpe, destinada a vencer sobre la Serpiente antigua (gen 3,15).

  17. He aquí la diferencia: la Madre, abraza; la Madrastra, amartelada (Ap 18,16), amartela (Ap 18,4). María, la única Madre (Ap 12,1), dona el Respiro; el enemigo de Dios lo quita, el Respiro: el Respiro necesario que en estos últimos tiempos la Madre de Dios dona a la humanidad.

  18. He aquí la Consagración al Corazón Inmaculado de María que la Madre Iglesia ahora pide a sus hijos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad como “Acto necesario” (Revelación de Jesús a María Giuseppina Norcia, María me consagro a Ti”, 10/03/1986; Acto de Magisterio, “Consagrarse a María es un Acto necesario”, 14/10/24). He aquí la comprensión viva de Su esencia de Madre. He aquí aquella voluntad viva para cada hijo de Dios de ser como María, la única Mujer, “la” Mujer de Dios, “la” Mujer Santa, a fin de que todos, con Su Amor, puedan crecer, vivir y ser: para poder más y más conocer a Jesús; para poder comprender el Amor del Padre que en María se ha vertido (Lc 1,30).

  19. Entendiendo el Amor del Padre se entiende el Corazón del Hijo, para entender la gracia de María, la eterna Gracia, Madre de la Gracia (Lc 1,28).

  20. Por esto, invocando a María se vence al enemigo de Dios y a todo mal (Lc 1,49): rogando a María con corazón sincero; llamando a María con corazón vivo, con aquella devoción para siempre estar lejos del pecado y victoriosos sobre todo mal.

  21. Esta es la devoción de los hijos de la Madre Iglesia, Aquella que fue llenada del Espíritu Santo (Lc 1,35), Aquella que es Fuente inagotable del Amor del Padre.

  22. Es ésta la Doctrina de la Madre Iglesia, que en el Hijo de Dios encuentra cumplimiento: la Doctrina de un Dios que es Padre, es Hijo (Jn 10,30) y que en la Madre vive (Ap 21,3).

  23. Por esto la Acción del Espíritu Santo, que nadie nunca podrá enjaular, está viva y continua, jamás acabada y jamás terminada: continua y continuará más viva que nunca, hasta cuando el Mal y el maligno serán definitivamente derrotados (Jn 14,16).

  24. Y entonces será Liberación. Y entonces será Triunfo: “el” Triunfo del Bien, Jesús Sumo Bien, sobre el Mal: sobre el maligno y sobre todas sus filas, que serán hundidas por la eternidad (Ap 20,10), para no más dañar al género humano. Entonces el Cielo será único, la Luz será eterna, los Ángeles y los Santos cantarán y tocarán el último Himno para luego dar Espacio a aquel Himno eterno sin fin.

  25. Entonces esta Tierra, injuriada y golpeada por el descuido y por el egoísmo del hombre, será nueva y renovada, purificada por el Fuego del Espíritu Santo Amor; los Cielos serán nuevos; Tierra y Cielo serán una única Entidad (Ap 21,1). Y todos podrán volver a vivir en el Jardín de Dios (Gen 2,15), donde se hablaba con Dios, se caminaba con Dios y Dios estaba con sus hijos. Los hijos entonces podrán contemplar Su Rostro (Sal 41,3) y llamarLo por Nombre (Flp 2,9), porque Dios Salva es Su Nombre (Jn 1,4). En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

27 de octubre de 2024
Último domingo del mes de Octubre
Fiesta Solemne de la Fe Cristiana

El Pontífice
Samuele